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Medios oficialistas comparan a los “coleros” con el coronavirus
Todo indica que la verdadera molestia del Gobierno es que los cubanos se han adaptado a la escasez y la han usado para conseguir ganancias sin darle ni una parte al régimen
Este jueves, medios oficialistas de la provincia de Matanzas arremetieron contra los llamados “coleros” personas que se forman en las colas de tiendas y mercados para poder vender sus lugares o para comprar algunos de los productos más solicitados y llevarlos a alguien más.
La página web de la TV Yumurí advirtió que los “coleros profesionales” se han vuelto un nuevo tipo de “especuladores” que se aprovechan de la pandemia de COVID-19 para aprovecharse de la necesidad de los cubanos.
El mismo gobierno cuyo dirigente, Miguel Díaz-Canel, asegura que no existe el hambre en Cuba y que las colas son “manipulaciones” para desprestigiar al régimen pues no hay escasez de alimentos, criminaliza a los coleros por formarse horas y hasta noches enteras en las filas para vender el lugar aprovechando la necesidad de los mismos cubanos a los que, según él, no les falta nada.
El centro comercial “La Sirenita” en Matanzas es uno de los principales puntos en que operan los coleros de la provincia. Según el medio oficialista, los coleros se forman en las colas de los productos más solicitados.
“Cuando se acerque la hora de abrir, aparecerán en manada, los mismos de siempre”, dijo a TV Yumurí una mujer identificada como Juanita.
Uno de los llamados coleros incluso admitió al medio obtener ganancias de esa actividad.
“Hacemos un servicio público, porque compramos lo que necesitan personas que tiene mayor poder adquisitivo y les llevamos la mercancía a sus casas, ganando un porcentaje”, dijo uno de ellos a TV Yumurí.
El entrevistado reconoció además que existen tarifas para los que forman parte del “negocio”.
“El aceite, el litro, a cinco CUC, por supuesto; el detergente de un kilogramo a 10, el arroz, la libra a uno, la leche condensada, ‘latica’ a 3; el pollo, que es lo más demandado, a razón de 3 CUC por kilogramo; las pastas al doble, que es lo justo, y así sigue la lista…”, explicó.
El medio oficialista calificó como un “coronavirus social” a quienes participan de esta actividad, aunque en realidad su falta no afecta a otros cubanos.
Ya que los coleros se forman el mismo tiempo que los demás en la cola y, como los demás cubanos, no pueden comprar más de lo permitido, no hay una afectación, aunque sí un beneficio para quienes no tienen tiempo de formarse 8 o 12 horas por comida y pueden costearse sus servicios.
Aunque la prensa oficialista se ha encargado de criminalizar esta actividad, todo apunta a que la verdadera molestia del régimen está en que los cubanos se han adaptado a la aguda escasez alimenticia y la han usado para conseguir ganancias sin darle ni una parte al gobierno.
Los reportes de los medios estatales sobre esta actividad, nunca denuncian que son un producto derivado directamente de la falta de comida y productos básicos que hay en la Isla a causa de la mala administración.