Mexicanos rechazan la aplicación de refuerzos de vacunas rusas y cubanas

La vacuna cubana sería obsoleta ante la aparición de nuevas cepas. (Captura de pantalla: Uno TV – YouTube)

En México, un sorprendente 80% de las personas que recibieron la vacuna contra la influenza en lo que va del año han rechazado las recomendaciones del gobierno de aplicarse simultáneamente refuerzos vacunales rusos o cubanos, informó el subsecretario de Salud, Ruy López Ridaura.

El funcionario de la administración de Andrés Manuel López Obrador atribuye este alto índice de rechazo a la reticencia de la población a recibir dos vacunas al mismo tiempo. Esta renuencia se ha manifestado a pesar de que los grupos elegibles para ambas vacunas, mayores de 60 años y personas con problemas de salud subyacentes, se consideran de alto riesgo.

Curiosamente, estos mismos grupos mostraron tasas extremadamente altas de vacunación contra la enfermedad durante la pandemia en 2021 y 2022, cuando en México también se aplicaban las elaboradas en Estados Unidos, informó AP.

Una parte significativa de la población parece desconfiar de la vacuna rusa Sputnik y la cubana Abdala, ambas desarrolladas en 2020 para variantes prevalentes en aquel momento.

Según Andreu Comas, profesor de medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, estas vacunas se basan en “un antígeno viejo”, generando dudas sobre su eficacia contra las variantes actuales del coronavirus, las cuales han ocasionado síntomas más severos o nuevos.

A pesar de que México ha adquirido millones de dosis de las vacunas procedentes de la nación euroasiática y de la Mayor de las Antillas, solo el 9.5% de las personas elegibles las han aceptado desde el inicio de la campaña de vacunación en octubre.

Esto contrasta drásticamente con los 10 millones de personas que se vacunaron contra la gripe en el mismo período, enfermedad que llega a acumular cientos de contagios en la época invernal.

El presidente mexicano ha mostrado un fuerte apoyo a Cuba, comprando estos fármacos y otros materiales, además de proveer petróleo a la Isla. Paralelamente, México ha retrasado la aprobación de los refuerzos de Pfizer y Moderna, más efectivos contra las variantes actuales, y que posiblemente no estarán disponibles para los mexicanos hasta 2024.

Este fenómeno plantea preguntas importantes sobre la gestión de la pandemia en la nación azteca y la confianza del público en las vacunas proporcionadas por el gobierno. Con una población cautelosa y una política de salud que parece favorecer opciones específicas, los mexicanos enfrentan un desafío en el cierre del año, cuando las temperaturas invernales pueden ocasionar un alza en el contagio de COVID-19.