Migrantes cubanos rescatan a adolescente que casi se ahoga en el Río Bravo

Un grupo de migrantes cubanos se lanzaron al Río Bravo para rescatar a una adolescente hondureña que estuvo a punto de ahogarse tras ser arrastrada por la superficie acuática que separa el sur de los Estados Unidos y el norte de México.

Breni, de 17 años, no imaginó nunca lo engañoso que podía ser la corriente subterránea del río. La joven había solicitado asilo a las autoridades estadounidenses, pero bajo la nueva política de Donald Trump, fue enviada de vuelta a México para aguardar allí por la confirmación de su caso.

La hondureña se encontraba acompañada de un grupo de otros tres adolescentes que se estaban bañando cuando la corriente de agua la atrapó.

Breni, cuyo apellido no fue revelado por razones de seguridad, agarró a su amiga pero terminó también siendo arrastrada. Los cubanos, quienes presenciaron lo sucedido, se apresuraron en rescatar a las menores. Sin embargo, no pudieron alcanzar a la hondureña de forma inmediata.

“No pudieron alcanzarme y el agua me absorbió”, declaró Breni al medio citado. “Todo lo que pude ver fue agua antes de hundirme y luego todo se volvió negro”.

Cuando los cubanos pudieron finalmente llegar a ella le administraron compresiones torácicas. Una ambulancia luego trasladó su cuerpo hacia un hospital de la localidad. Los especialistas del centro la liberaron el jueves. en horas de la tarde, con algunos antibióticos y otros medicamentos.

La hondureña tuvo que ser hospitalizada nuevamente esa misma noche tras sufrir desmayos. El padre de Breni, Salvador, sospecha que los médicos la dejaron ir muy pronto.

“Es difícil porque quiero que mi hija esté bien y sé que no le dieron la atención que merecía”, dijo. “Desearía no tener que bañarnos en el río, pero lo hacemos por necesidad. No tenemos mucho aquí ”.

“Pensé que estaba muerta, su cuerpo estaba flácido y la luz había desaparecido de sus ojos (…) “Dios me la trajo de vuelta”, subrayó.

Breni y su padre, quienes arribaron a la frontera en julio, están entre los más de 42 mil indocumentados que la administración de Donald Trump ha devuelto a México bajo la política del Protocolo de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), mientras se tramitan sus solicitudes de asilo.

La pequeña familia vive en las calles de Heroica Matamoros, una ciudad adyacente al río Grande. Al igual que otros extranjeros, el lago es el único lugar donde pueden bañarse o lavar sus ropas. Las mismas aguas donde el salvadoreño Óscar Alberto Martínez, de 25 años, y su hija Valeria, de uno, murieran ahogados intentando cruzar la frontera.

Tampoco es el primer caso de cubanos que auxilian a otros migrantes en el peligroso río. A mediados de junio, un isleño -identificado por medios locales como “Álvaro”- se lanzó a la superficie acuática para ayudar a una niña y su madre a cruzar la frontera.