Ministerio de Educación Superior cambia el calendario escolar a solo 30 semanas de clases

Para desarrollar el plan de estudio en el apretado calendario, la directiva explicó que las universidades tienen la libertad de adaptarse internamente. (Captura de pantalla: Mundo Latino – YouTube)

El Ministerio de Educación Superior (MES) de Cuba anunció cambios en el calendario escolar para el siguiente curso, que inicia el 15 de febrero y que solo tendrá 30 semanas de clases. Después de más de tres años de la llegada de la pandemia de coronavirus al país, el período lectivo aún no se recupera de los rezagos.

De acuerdo con declaraciones a la prensa oficialista de Deysi Fraga Cedré, directora general de Pregrado del MES, tras una serie de análisis y consultas con organismos empleadores se determinó que el curso escolar en 2024 solo tenga 30 semanas en un calendario muy reducido, que concluirá el 27 de septiembre. En el formato se respetan las vacaciones de verano y la semana de receso docente correspondiente a la denominada Semana de la Victoria de Girón.

Para desarrollar el plan de estudio en el apretado calendario, la directiva explicó que las universidades tienen la libertad de adaptarse internamente. Esto podría incluir la reprogramación de asignaturas, es decir, mover materias para otros años siguientes, donde se supone que regrese a la normalidad con cursos de más de 40 semanas. También podrán extender los estudios hasta diciembre para aquellos que estén en años terminales.

El siguiente año académico, 2024-2025, se estructurará con un calendario más extenso, ofreciendo 42 semanas lectivas para los estudiantes de primer año y 38 para los continuantes. Este plan también honra las tradiciones de receso y vacaciones.

El inicio del curso 2024-2025 variará según el año académico del estudiante: los de primer año comenzarán el 16 de septiembre, después de las pruebas de ingreso de mayo, y los estudiantes continuantes regresarán el 14 de octubre.

Impacto profundo: las consecuencias de reducir el tiempo escolar

Reducir el tiempo de un curso escolar y, por ende, las clases, impacta significativamente en el aprendizaje y desarrollo de los estudiantes. La disminución de horas de instrucción lleva a una pérdida de conocimientos y habilidades, especialmente en áreas clave como matemáticas y ciencias. Además, esta reducción puede ampliar la brecha educativa entre alumnos de diferentes trasfondos socioeconómicos, ya que aquellos con menos recursos o apoyo en casa se ven más afectados.

Además de los aspectos académicos, la reducción del tiempo escolar limita el desarrollo social y emocional de los estudiantes. La escuela es un espacio vital para la interacción social y la adquisición de habilidades comunicativas y emocionales. Menos tiempo en la escuela implica menos oportunidades para estas interacciones esenciales.

Por otro lado, educadores y estudiantes pueden experimentar un aumento en el estrés y la presión al tener que cubrir el mismo contenido en menos tiempo, lo que puede afectar negativamente el ambiente de aprendizaje y la calidad de la enseñanza.