Ministra de Finanzas llama parásitos a quienes suban precios tras reordenamiento monetario

Ministra de Finanzas llama parásitos a quienes suban precios tras reordenamiento monetario. (Foto: Mesa Redonda)

Meisi Bolaños Weiss, ministra de Finanzas y Precios de Cuba, aseguró durante el VI período de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular que aquellos que se aprovechen del reordenamiento monetario para subir sus productos de precios eran unos “parásitos”.

“Se va a producir una devaluación y han incremento de los costos, pero (…) estamos hablando de combatir, de enfrentar, de aplicar medias rigurosas y no permitir el abuso y el parasitismo, porque los que incrementan precios indebidamente son parásitos”, aseguró Bolaños Weiss.

Las palabras de la funcionaria causaron indignación entre los cubanos en redes, pues fue precisamente el régimen castrista el que elevó el precio de todos los servicios y productos esenciales en la Isla.

Las palabras de Bolaños se refieren únicamente al sector privado, el cual suele ser utilizado como chivo expiatorio por el Gobierno cubano para justificar todas las carencias  y los problemas económicos por los que atraviesa Cuba.

Marino Murillo, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos del Partido Comunista de Cuba, reveló recientemente que desde el primero de enero la canasta básica, la cual incluye productos de aseo, alimentos y servicios de electricidad, agua, gas y transporte, costará 1.520 pesos cubanos.

En un principio Murillo también indicó que las ventas minoristas aumentarían 1,6 veces en Cuba, sin embargo datos revelados en la Gaceta Oficial indicaron que el aumento de tarifas será mucho mayor.

Pese a ello, las observaciones y críticas de los funcionarios cubanos se enfocan en el sector privado, por lo que Ministerio de Finanzas y Precios autorizará una resolución a los Gobiernos hasta nivel municipal que les permitirá colocar límites a los precios ofrecidos por los cuantapropistas.

Murillo aceptó que pasar de una tasa de 1×1 a una de 1×24 significaría un 2.300% de devaluación en la moneda cubana, lo que causaría una inflación considerable que representaría un reto de controlar “para que no ocurra en magnitudes superiores a las diseñadas”.