Ministro cubano justifica altos precios de ETECSA, los usan para evitar la congestión en las redes

Jorge Luis Perdomo Di-Lella, ministro de Comunicaciones de Cuba,  informó que las altas tarifas en los servicios telefónicos de la Isla, son para evitar el congestionamiento de las redes.

Pese a ser considerados “ridículos” y “un abuso” por la mayoría de los cubanos, durante el programa de Mesa Redonda Perdomo justificó los precios impuestos por el monopolio de las telecomunicaciones en Cuba, ETECSA.

“Si mañana nosotros dijéramos, y eso lo explicamos así: ‘Vamos a poner la telefonía móvil a cinco centavos el minuto…’. ¿Qué ocurriría? Que nadie podría hablar por teléfono, porque todo el mundo entraría a la vez”, explicó.

Sus declaraciones no solo dejan al descubierto que el castrismo está consciente de la precaria situación económica de los cubanos, sino que deliberadamente la usa a su favor para privar a la mitad de su población del servicio.

Según el ministro comunista, ETECSA destina gran parte de sus ingresos a otros “sectores” de la economía cubana.

“Siempre podemos hacer más por mejorar la calidad del servicio, y eso es un combate diario”, señaló.

Sin embargo, el funcionario no mencionó las múltiples y constantes quejas de los usuarios de ETECSA que, además de las tarifas, reclaman que el servicio es deficiente, con lentitud, constantes interrupciones y el consumo de datos por simplemente conectarse en línea.

Al mostrarse de acuerdo con las abusivas tarifas en Cuba, también quedó evidenciado que lo que ya se sabía: que los funcionarios del régimen no tienen preocupaciones económicas de ningún tipo y pagar un servicio así no les causa el menor inconveniente.

Sin embargo, el cinismo del ministro molestó a los cubanos en redes sociales por la pobreza de sus justificaciones.

Varios usuarios compararon las declaraciones del titular de las Comunicaciones con la respuesta del expresidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón de Quesada, a una pregunta del entonces estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), Eliécer Ávila.

El estudiante cuestionó al funcionario sobre la llamada carta blanca, que impedía a los cubanos viajar al extranjero sin un permiso del Gobierno.

“Si todo el mundo pudiera viajar a donde quisiera, la trabazón que habría en los aires del planeta sería enorme”, dijo Alarcón aquella vez.

En ese tiempo, claro, Alarcón tampoco mencionó que en otros países, siempre que no haya motivos penales, las personas pueden de hecho viajar a donde quieran.