Mipymes tunera produce paletas de helado sin leche

Una de las aspiraciones del emprendedor es asociarse con la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios y otros Bienes de Consumo para, a través de Mercabal, insertar en el comercio interior sus producciones. (Foto: ACN)

El emprendedor cubano Humberto Baldoquín Labrada inició hace algunas semanas su pequeña empresa Hielocaribe en la sede de la antigua Fábrica de Hielo de Las Tunas. Entre sus primeras producciones figuran paletas de helado de varios sabores, pero sin leche. El déficit de este producto no ha sido el único obstáculo para Baldoquín Labrada.

De acuerdo con un reportaje de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), el arrendamiento del local estatal a una Micro, pequeña y mediana empresa (Mipymes) transcurrió más o menos sin dificultades, pero lo más tortuoso fue importar la maquinaria para producir hielo y paletas.

El trabajador, que ha dedicado casi toda su vida laboral al cultivo del arroz, se enfrentó con la burocracia castrista al importar el equipamiento desde Vietnam a través de la empresa estatal DIVEP.

La comercializadora, que ostenta el monopolio del comercio exterior, demoró casi un año para contactar con un proveedor y finalmente importar una máquina para el hielo y otra para las paletas.

Ambos sistemas, aunque a pequeña escala, llegan para sustituir la vieja infraestructura de la fábrica estatal que tiene una tecnología obsoleta, mucho más costosa de reparar.

Baldoquín Labrada ya cuenta con 20 personas contratadas que trabajan en la producción de hielo cubicado y paleticas de platanito, naranja, chocolate y otros sabores. Aunque las paletas no tienen leche, el emprendedor afirma que han ganado gran aceptación popular, pues la formulación secreta le permiten mantener cremosidad y consistencia, además de la estética que ofrecen los moldes importados de Asia.

Una de las aspiraciones del emprendedor es asociarse con la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios y otros Bienes de Consumo para, a través de Mercabal, insertar en el comercio interior sus producciones.

Según el pequeño empresario tunero, el local de la antigua fábrica de hielo es muy grande, por lo que tiene espacio suficiente para seguir creciendo en otras producciones bajo su licencia de producción de toda la gama de los lácteos y néctares frutales.

No obstante, uno de sus ideas inmediatas es establecer un proyecto de purificadora de agua, en alianza con la Empresa de Servicios Técnicos Industriales, perteneciente a Azcuba.

En meses recientes, a un emprendedor similar en la ciudad de Santa Clara le fue retirada su licencia de cuentapropista, pues había crecido demasiado su negocio de purificación de agua y venta de hielo. El hombre había acaparado el mercado, y la venta de agua Ciego Montero en las tiendas estatales del municipio había descendido.

Dicho esto, resta desearle al tunero mucha suerte con sus ideas y mucho cuidado con resultar demasiado exitoso para los cánones de las autoridades castristas, donde ningún cubano puede hacerse “rico” con el fruto de su trabajo.