Morales Ojeda cuestiona el papel del Partido en Cuba

El miembro del Buró Político habla del conocido «peloteo» por parte del miembros del PCC. (Foto: Canal Caribe)

Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y secretario de Organización y Política de Cuadros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), puso en duda el papel y el funcionamiento de esa organización en la Isla.

En encuentros con militantes y autoridades de las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, aseguró que el trabajo carece de impacto real en los “colectivos laborales”. Esto, junto al pobre desempeño de las organizaciones de masa impide que los acuerdos del 8vo. Congreso del Partido estén “implementados, cabalmente”.

“Resulta inconcebible que una persona se acerque a una instalación del Partido a tramitar una queja, y que en ella sea remitida al mismo lugar donde nunca recibió atención”, confesó el funcionario, quien afirmó que militar en el PCC debe trascender el lugar donde se trabaja.

“Para que haya un vínculo real de los núcleos del Partido con la base las preocupaciones de los núcleos tienen que coincidir con los problemas e inquietudes de los trabajadores; tienen que conocer, discutir y encauzar las insatisfacciones en las barriadas; saber y contribuir a resolver los problemas de la gente”, dijo Morales Ojeda, según publicó el periódico oficialista Granma.

Las palabras de este miembro del Buró Político no dicen nada nuevo; caen en el discurso vacío de las autoridades en la Isla. De no ser así, desde la llegada al poder, sus militantes no estuviesen exigiendo lo mismo. Más que conocida es la enajenación de los cuadros de los problemas reales del cubano o, al menos, así lo hacen creer.

Tras las protestas del 11 de julio, el presidente Miguel Díaz- Canel ordenó a sus funcionarios recorrer las provincias y zonas “ menos favorecidas” para intentar calmar los ánimos. El mandatario también se ha reunido con diversos sectores de la sociedad donde, según reflejan los medios oficialistas, el debate ha sido nulo y “de confirmación”.

La prensa en Cuba, al servicio de la dictadura, ha intentado limpiar la imagen del designado presidente tras aquel histórico llamado a una guerra civil en el país el 11J. Sin embargo, “la orden está dada”, aún retumba en miles de familias.