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Oficinas de Tabacuba en La Habana contaminan a una vecina con “calor, polvo e inmundicias”

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Oficinas de Tabacuba en La Habana contaminan a una vecina con “calor, polvo e inmundicias”

“He conversado con el Director de la empresa (…) Pero aduce que existen problemas constructivos”, explica Esther

Esther C. Muñiz, residente en el municipio capitalino de Plaza, denunció el pasado sábado, a través de una carta enviada al periódico oficialista Juventud Rebelde, el “calor, polvo e inmundicias” que recibe todos los días procedente del edificio de Partagás. 

La casa de dos plantas de la habanera está ubicada en la calle 16 no. 357, entre 23 y Zapata, y a su vez, tiene un pasillo colindante con el edificio de Partagás, donde se alojan en el tercer piso las oficinas de Tabacuba. 

Como parte de labores de reconstrucción -y sin avisar- la entidad estatal arrimó una tubería pluvial al muro de la casa de Esther. Incluso, instalaron un aire acondicionado a pocos metros de su cocina. Cada vez que el equipo de climatización es encendido, según comenta la cubana, genera “un ruido persistente, que impide el descanso y provoca fuertes dolores de cabeza”. 

También explicó que “al estar cerca de sus ventanas todo el calor, polvo e inmundicias que giran en sus ventiladores terminan depositados en alimentos, libros y camas”. 

“En dos ocasiones he debido tirar el almuerzo porque, al encender los equipos, a la vuelta de minutos la comida está recubierta de cuerpos extraños”, relata Esther. “Se lo dije al Director de Tabacuba y me sugirió que un toldo o algo similar podrían solucionar el problema. Además de absurdo, eso es imposible por falta de anclaje”. 

Las autoridades no hacen nada

En un intento por remediar el problema, la vecina invitó al Director de Tabacuba y a la Delegada de la zona a entrar en su casa y comprobar el daño producido por el equipo. Sin embargo, estos le aclararon que los 60 empleados de la empresa estatal necesitaban del aire acondicionado para trabajar. 

“He conversado con el Director de la empresa en cuatro ocasiones para que traslade estos equipos a un sitio alto. Pero aduce que existen problemas constructivos”, explicó en la misiva. 

“Es justo que los trabajadores de Tabacuba tengan aire acondicionado, pero no fui yo quien creó la trampa de calor sin haber garantizado la climatización. Un problema laboral no puede solucionarse creando un problema social a costa mía”. 

Esther, una anciana operada de 75 años

En estos momentos, Esther, de 75 años, se encuentra jubilada, viviendo sola y tiene que lidiar con las limitaciones diarias de una persona que fue sometida a una cirugía de cadera. La habanera sale solo dos veces por semana de su casa, siempre acompañada de una cuidadora o de amigos generosos. 

 

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