La misión de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) denunció en un informe el aumento en el índice de represión, y solo bastaron horas para que Daniel Ortega tomara represalias.

En una decisión calificada de inaudita, por la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) Vilma Núñez, Ortega ha dado un plazo para que la organización no gubernamental abandone el país.

El ministerio de Exteriores declaró en una nota de prensa que “cesaron las razones” que dieron pie a esa invitación. La misión había llegado a Nicaragua en junio para intervenir en la crisis sociopolítica, sus experiencias fueron plasmadas en el informe donde aseguran que han existido “más de 300 muertos y 2.000 heridos”.

Además hizo públicos datos sobre detenciones ilegales, torturas y la celebración de juicios a puertas cerradas, lo que Ortega calificó de “improcedente” y lleno de afirmaciones “sin más base”.

Con información de DDC