CORONAVIRUS EN CUBA
Peruanos varados en Cuba se quejan de la escasez y las colas kilométricas
Los extranjeros varados se quejaron de las largas colas para conseguir alimento y la estricta regulación de los productos
Una de las principales quejas era la de las largas colas para comprar alimentos. (Foto de referencia: Periódico Cubano)
Ciudadanos peruanos varados en Cuba tras el cierre de fronteras por el coronavirus denunciaron en entrevista con el diario El Comercio la crítica situación de escasez que los obliga a participar en kilométricas colas para conseguir algo de comida.
Una de las extranjeras, que pidió ser llamada con el nombre ficticio Ana, relató que en ocasiones los productos se terminan desde primeras horas de la mañana. Cuando esto ocurre, añadió, hay personas que pasaron la noche entera esperando; la última vez que logró comprar un kilo de pollo fue luego de hacer una cola por 7 horas.
La joven peruana de 22 años forma parte del grupo de al menos 70 peruanos que se encuentran en Cuba y que desean regresar a casa, pero la pandemia no se los permite.
Afirma que lleva 6 años estudiando en la isla caribeña y aunque todavía le queda tiempo además de la posterior residencia, quería volver a su país.
La disposición de las autoridades cubanas es que ningún turista debe salir de sus hoteles, medida que también aplica para los residentes temporales o permanentes.
“Nadie puede comprar, yo tengo algunos productos sanitarios que traje de la última vez que fui a Perú”, una suerte que, según manifiesta, no tienen otros de sus compatriotas.
Hoy los peruanos en Cuba afrontan las mismas carencias que los cubanos residentes: o hacen colas durante horas y horas a riesgo de contraer la COVID-19 o acuden al mercado negro, teniendo que pagar al menos cuatro veces el valor del producto que necesiten.
La joven cuestiona cómo es que el régimen de la isla, que demostró que no tiene capacidad para garantizar las condiciones básicas a sus nacionales, podría hacerlo con ciudadanos extranjeros.
Ya previamente, estudiantes sudafricanos denunciaron las carencias de la Isla, especialmente la falta de comida y productos de higiene, que solicitaron desesperadamente a su embajada, al igual que los estudiantes de Angola.
