Pese a las largas filas, cubanos se refrescan en Coppelia: “Es el lugar más barato”

Las altas temperaturas, que se elevan hasta los 45 grados que predominan este verano, provoca que miles de cubanos madruguen y esperen hasta tres horas para entrar a Coppelia, la “Catedral del Helado” de La Habana, que reabrió sus puertas en junio pasado, con la esperanza de recuperar su antigua gloria, según informó el portal informativo EFE. 

Con la crisis del “periodo especial” en los años noventa no hubiera reaparecido, la heladería más famosa de Cuba que ha remodelado sus espacios y su lista de 10 sabores. Coppelia es la marca local más reconocida en la isla. 

Las filas, mucho más largas y concurridas de lo habitual, se pueden ver hoy en día, casi todos los costados y llenas por el frente del emblemático edificio, situado en el corazón del Vedado habanero, donde las temperaturas han superado los 40 grados a la sombra. 

El helado es lo mejor para este calor, pero después de estar dos horas quemándose al sol, empezó a durar, igual no me muevo de aquí, dijo Gloria, una joven habanera, que con sombrilla en mano, esperó más de dos horas para subir a “la torre” de Coppelia. 

Para Cristian, un estudiante de preuniversitario militar que acudió con sus compañeros de clase, la heladería es el lugar al que vienen “después de las pruebas” y es parada obligada en una salida de fin de semana. 

“Es el lugar más barato”, apuntó Flora, una anciana que vio “como Fidel (Castro) y Celia (Sánchez) construyeron Coppelia”. 

Abierta en junio de 1966, Coppelia es una de las heladerías más grandes del mundo y su edificio fue diseñado por el prestigioso arquitecto cubano Mario Girona, con notables influencias del modernismo italiano y suramericano. 

La concepción socialista del igualitarismo inspiró el uso común de sus espacios y aún hoy se mantiene la costumbre de compartir mesa con completos extraños si hay lugar libre. 

El lugar se hizo famoso en todo el mundo por ser escenario de las primeras escenas del clásico del cine cubano “Fresa y Chocolate”, justo cuando la llegada del “periodo especial” volvió su legendaria su carta de 56 sabores y su deteriorado el edificio, con capacidad para mil personas. 

Tras 53 años de fundada, la “catedral del helado” habanera, ha sido sinónimo de mal servicio, corrupción, y desidia, una imagen que el Gobierno cubano busca revertir con una reparación millonaria que incluyó la modernización de la fábrica que abastece a Coppelia, con capacidad ahora para elaborar hasta 15 tipos de helados. 

En abril pasado se anunció el cierre temporal de la emblemática heladería, muy criticada por la escasez de las raciones y las condiciones; la prensa local cubana ha publicado duros reportajes sobre las “bolas huecas”, y la pobre higiene. Sin embargo, esto no ha detenido a la gente, para los cubanos quieran refrescarse con el helado. 

Esas “bolas huecas” y raciones menguadas se deben, supuestamente, a que los empleados desvían el apreciado postre al mercado negro para “redondear” sus pobres salarios.