Pese a pandemia y escasez, Gobierno invierte en el aeropuerto de Santiago de Cuba

Pese a pandemia y escasez, Gobierno invierte en el aeropuerto de Santiago de Cuba. (Captura de pantalla: Canal Caribe-Youtube)

La pausa para la reapertura turística de Cuba generada tras los nuevos casos de coronavirus sirvió para que las autoridades del aeropuerto internacional Antonio Maceo de Santiago de Cuba invirtieran en la terminal para garantizar su óptimo funcionamiento.

Mientras los cubanos padecen todo tipo de carencias y deficiencias en los servicios básicos con la excusa del gobierno de que “no hay presupuesto”, continúan las inversiones en turismo.

En este caso, el gobierno gastó para intentar garantizar la prevención del COVID-19 dentro de la terminal, que se alista para abrir en la etapa “post-pandemia”.

Aunque en realidad la pandemia no ha terminado y los casos en América aumentan todos los días, Cuba considera pertinente la reapertura de sus fronteras y con ello el recibimiento del turismo internacional.

Esto pese a que aún dentro de la propia Isla, siguen surgiendo casos de COVID-19 y aunque las bajas cifras reportadas oficialmente aún generan sospecha a nivel internacional.

El coordinador general de aeropuertos en la zona suroriental de Cuba, Ramiro Díaz, dijo que junto a la ejecución de obras en las que ya han invertido, también concilian con Salud Pública el protocolo “post-COVID”, de medidas preventivas para el regreso de los servicios.

Díaz explicó también que las inversiones hechas sobre el aeropuerto incluyen la transformación y ampliación de los salones, ahora con huellas de separación de 1,5 metros en el piso y una salita en la terminal internacional para hacer las pruebas de PSR en tiempo real a la llegada de los extranjeros.

Aunque las pruebas no son suficientes para los cubanos, principal razón por la que instituciones internacionales opinan que no se detecta la totalidad de los casos de COVID-19, se pretende realizarlas a todos los turistas en terminales aéreas y en hoteles.

A esto habría que sumar que los cubanos deben formarse horas para conseguir productos de limpieza, si es que los encuentran, pues están escasos y regulados y aun en medio de la pandemia no logran conseguir cosas tan básicas como cloro y jabón para manos.

Esto destaca porque según las autoridades, en el aeropuerto también se crearon condiciones para las acciones higiénico sanitarias, el lavado de manos con gel clorado y baños podálicos, mientras que los cubanos con trabajos cuentan con agua potable.

Asimismo, en los mostradores de atención al público, áreas de inmigración y chequeos se colocaron altas pantallas de acrílicos protectoras que también serán empleadas en las terminales de Mariana Grajales, de la provincia de Guantánamo y el Gustavo Rizo de la ciudad de Baracoa.

El jefe de inversiones en el aeropuerto de Santiago de Cuba, Héctor Cordiés, anunció que estarán listos en la primera quincena de julio.

“Con la terminación de los objetos de obra y del principal que es la ampliación hacia delante, en casi cuatro metros, de la terminal nacional e internacional que ahora miden 150 metros cuadrados”, se indicó en el portal del Ministerio del Transporte de Cuba.

Cordies mencionó también la pintura y reparación de todos los salones, áreas de equipaje y aduana.

“Las mejores condiciones con que el Antonio Maceo enfrentará la nueva etapa de sus operaciones, recayó sobre los hombros de obreros de otras especialidades, unidos a la brigada de construcción de la instalación”, detalló.

Con todo esto queda claro una vez más que la prioridad del régimen cubano siempre va a ser el turismo y los extranjeros, pues mientras su gente debe permanecer hasta 12 horas formada para obtener un poco de pollo o una barra de jabón, el gobierno continúa invirtiendo millones en mejorar las instalaciones destinadas a este rubro.

En medio de los derrumbes que se registraron a inicios de mes con las abundantes lluvias y que de por sí son una constante en la vida de los cubanos, el gobierno ha preferido invertir en el mejoramiento de hoteles para turistas, en lugar de saldar la deuda en materia de vivienda que tiene con miles de familias cubanas.

A esto se añade que la reapertura será en medio de la grave crisis alimentaria que atraviesa Cuba, con lo que el régimen declara indirectamente que lo poco que se produzca en materia de vegetales, carnes, lácteos y pescados, será destinado principalmente a hoteles y restaurantes, dejando el sobrante, si es que lo hay, para que los cubanos lo adquieran luego de horas formados bajo el sol.