Cubano denuncia que tardó 13 horas en ir de La Habana a Cárdenas

Andy Jorge Blanco, un joven cubano estudiante de periodismo, denunció a la prensa nacional que demoró 13 horas en poder trasladarse de La Habana a la ciudad de Cárdenas, en Matanzas, tiempo que, según sus cálculos, duró más que un vuelo desde la capital a Moscú.

A través de un relato publicado en el medio oficialista de CubaDebate, el alumno de la Universidad de La Habana se sumó a las quejas expresadas por la población cubana debido al deficiente servicio de transporte público ante la escasez de combustible.

Blanco mencionó que a pesar de que entre dichas ciudades existe una distancia de 150 kilómetros tardó más de mediodía en recorrerla superando las 11 horas que le toma a un avión cuando viaja a 550 kilómetros por hora entre la mayor de las Antillas y la capital rusa.

Poco antes de las 11 de la mañana del pasado viernes 20 de septiembre, el estudiante estaba en compañía de un amigo llamado Javier, alumno del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, en la terminal de Ómnibus de La Habana, pero como su número en la lista de espera superaba los 340 decidieron ir a tomar la ruta P11 que conecta municipios separados por el túnel de la bahía.

Cuando llegaron a Alamar se encontraron a otras 30 personas que desde la 1:00pm estaban esperando la guagua mientras policías detenían a vehículos estatales para obligar a los conductores a trasladar gente.

“Si para una guagua, una sola, nos vamos todos, pensé. Y hoy sé que solo fue eso, un pensamiento, una idea tonta y sin sentido, hueca, aunque no carente de lógica”, dijo Andy.

En un momento, apareció un camión abarrotado pidiendo 50 pesos por pasaje, pero ambos estudiantes, al igual que otras personas esperando, decidieron rechazarlo porque irían parados y tenían la esperanza de que pronto llegaría algún transporte que los llevaría a sus respectivos destinos.

Tras el paso de carros hacia Guanabo, Tarará y Mar Azul, llegó uno con ruta hacia Matanzas que pidió solamente tres personas justamente el número que estaban antes de Andy y Javier.

“No sé qué cara pusimos, pero fue, tal vez, la del atleta que roza el podio y termina en cuarto lugar, sin medallas”, comentó el futuro periodista.

Atrás de ellos estaba una estomatóloga de nombre Roxana que unos minutos antes de las 5 de la tarde empezó a repetir como un mantra “Matanzas, tres, aire acondicionado”. Para esta hora ya no tenía agua disponible.

A las 8:17 de la noche, aun parado en Alamar, Andy recordó que una mujer le había dicho que de la terminal salía un tren para Matanzas a las 8:00pm, hora en la que según él pensaba que ya estaría en casa.

Con el pesimismo de 11 horas de espera, empezó a buscar números de amigos para ver si alguno podía rescatarlos, sin embargo, para su mala suerte, el móvil se quedó sin batería.

A las 9:12pm, después de escuchar varias veces “Matanzas, tres, aire acondicionado” y pocas palabras de su amigo Javier, Andy contó que la espera terminó gracias a un carro de una empresa que pidió tres personas hasta Varadero.

Andy, Javier y Roxana se fueron con aire acondicionado, dejando atrás a más personas esperando la ruta.