¿Qué está pasando entre Ucrania y Rusia? Claves para entender la invasión

Rusia inició desde la madrugada del 24 de febrero una amplia invasión en Ucrania, golpeando ciudades y bases militares con bombardeos aéreos o artillería pesada.

El despliegue de tropas y tanques desde múltiples direcciones, han logrado alcanzar la capital del país, llevando al gobierno ucraniano a pedir ayuda y a los civiles abarrotar trenes y carreteras en un intento por escapar del territorio.

Para entender el origen de este conflicto hay que remontarse a 1991, cuando la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), derivó en 15 repúblicas, una de ellas Ucrania.

El país enfrentó desde el inicio la división de su población, una parte era afín a los ideales de occidente y buscaba el acercamiento a Europa Occidental, el resto del país sobre todo la parte oriental de Ucrania quería mantener fuertes lazos con Rusia y esperaba volver a formar parte de ese país.

Un primer enfrentamiento entre ambas naciones llegó en 2013, cuando Rusia impidió que Ucrania se ‘aliara’ con la Unión Europea (UE), lo que provocó una serie de protestas conocidas como Euromaidán y la destitución del entonces presidente ucraniano prorruso, Víktor Yanukóvich.

En ese entonces se produjo primero la adhesión las dos entidades que forman la península de Crimea, la República de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol, como sujetos federales de la Federación de Rusia.

El conflicto por Donbás

​En ese momento se incrementó la tensión en los territorios prorrusos de Crimea, Donetsk y Lugansk.

Rusia por su parte, nunca ha visto con buenos ojos como países de Europa oriental y exsocialistas se pasaban al bando occidental  liderado por EEUU y la OTAN.

Para el gobierno de Putin es muy importante desde el punto de vista estratégico y geopolítico que Ucrania no forme parte de la OTAN, ya que en la práctica quedaría totalmente rodeada por las fuerzas de los aliados. Tan solo quedaría Bielorrusia como barrera de contención en el centro de Europa, mientras el norte y el sur limitarían directamente con Rusia.

En 2014, tras el derrocamiento de Yanukóvich, Rusia lanzó una intervención militar a Crimea, una península cuyo territorio pertenecía a Ucrania desde que en 1954 fuese cedida para la entonces República Socialista Federativa Soviética de Rusia.

La “invasión” rusa a Crimea en 2014 estuvo justificada como una maniobra para “salvaguardar” a los prorrusos de la región. En marzo de ese mismo año, se realizó un referéndum en donde las autoridades prorrusas aceptaron la adhesión de Crimea a la Federación Rusa

El proceso de adhesión nunca fue reconocido por Ucrania, que lo considera como ilegal y acusa a Rusia de haber ocupado su territorio por la fuerza.

Una situación similar a Crimea, se desarrolló en la región de Donbás, al este Ucrania. En mayo de 2014, grupos separatistas y prorrusos de Donetsk y Lugansk se autorreconocen como independientes de Ucrania y desde entonces reclamaban integrarse a Rusia.

La intensificación del conflicto entre los separatistas prorrusos, con apoyo político y militar de Moscú y el ejército ucraniano, que cobró la vida de 14,000 personas.

En 2014 y 2015 se firman los acuerdos de Minsk por representantes de Ucrania, Rusia, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, para frenar la guerra del Donbás.

Los tratados se negociaron bajo la protección de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y su principal objetivo era el alto al fuego entre el Ejército ucraniano y las fuerzas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk.

Amenaza de invasión rusa

La situación se había mantenido en relativa calma hasta hace un par de meses, cuando a fines del 2021 Rusia desplegó más de 100.000 soldados en sus fronteras con Ucrania, por lo que la comunidad internacional trató de negociar con la potencia europea para que se retirara.

Sin embargo, cuando el lunes pasado, el presidente ruso Vladímir Putin reconoció la independencia de los territorios de Donetsk y Lugansk, al igual que en 2014 argumentó que los territorios “pidieron ayuda” y con esto justificó la invasión de tres días después.

Este jueves 24 de febrero, en un mensaje televisado, el mandatario ruso señaló que era necesaria una “operación militar especial” y ordenó la penetración de su ejército en territorio ucraniano para evitar un «mayor baño de sangre».

Putin advirtió a otros países que cualquier intento de intervenir tendría “consecuencias que nunca han visto en la historia”, una amenaza que podría implicar que Rusia estaba preparada para usar sus armas nucleares.

La OTAN y Estados Unidos, que habían advertido las intenciones de Rusia desde hacía semanas reforzaron económica y militarmente a Ucrania, pero se negaron a intervenir en el país, no forma parte de la alianza de la OTAN, aunque si condenaron diplomáticamente la invasión y comenzaron a implementar sanciones contra Rusia.

De momento, Putin aseguró que Rusia no tiene el objetivo de ocupar Ucrania, sino de “desmilitarizarla”, aunque los videos que circulan en redes muestran los bombardeos y disparos en territorio ucraniano, pese a la presencia de civiles y pocas tropas militares ucranianas.