NOTICIAS DE CUBA
¿Quién es el cardenal cubano que participará en la elección del nuevo papa?
Aunque no es considerado un candidato para el papado, su presencia en el cónclave subraya la importancia de la Iglesia cubana
En medio de la expectación mundial por la elección del nuevo papa, el cardenal cubano Juan de la Caridad García Rodríguez se prepara para participar en el cónclave que definirá el futuro de la Iglesia Católica.
Su presencia en este evento, previsto para el 7 de mayo, representa un símbolo de la fe cubana y de la vitalidad de la Iglesia en Latinoamérica, un continente que ha ganado relevancia en los últimos años en la toma de decisiones vaticanas.
Nacido en Camagüey en 1948, García Rodríguez es reconocido por su vida de servicio y humildad, y por su dedicación a los sectores más vulnerables de la sociedad cubana. Hijo de un preso político del régimen comunista, el cardenal ha sido un defensor de la dignidad humana, la justicia y la reconciliación, en un contexto de complejidades sociales y políticas que han marcado su trayecto.
Su vida ha estado siempre vinculada a los más necesitados, un compromiso que comenzó a los 13 años, cuando un sacerdote lo atrajo al seminario con la promesa de poder jugar béisbol.
La trayectoria del cardenal, que comenzó como sacerdote a los 24 años, lo llevó a recorrer los rincones más humildes de Cuba. A pesar de las dificultades y de la escasez, García Rodríguez se destacó por su cercanía al pueblo y su enfoque en lo esencial.
En 2016, al ser nombrado arzobispo de La Habana, llegó al cargo con tan solo un maletín y sin más pertenencias, reafirmando su carácter austero y su rechazo a la ostentación. Su estilo es conocido por ser sereno, y por su enfoque directo y sin adornos en las homilías, que abogan por una vida sencilla y en paz.
Durante sus años como arzobispo, ha sido un referente de servicio y cercanía. Ha trabajado incansablemente en las parroquias, en las casas y en las calles, e incluso en el cementerio de Colón, donde celebra misas matutinas. Su postura, en tiempos difíciles para la Iglesia latinoamericana, ha sido firme, pero serena, abogando siempre por la justicia social y sin comprometer la esencia de su fe.
En el ámbito político, García Rodríguez ha mantenido un enfoque equilibrado. Ha hablado abiertamente sobre temas de reconciliación, justicia y derechos humanos, sin dejarse arrastrar por los vaivenes ideológicos o las presiones del régimen.
Aunque no es considerado un candidato para el papado, su presencia en el cónclave subraya la importancia de la Iglesia cubana y latinoamericana dentro de la Iglesia universal.
En enero de este año, el cardenal expresó su alegría por la excarcelación de más de 500 prisioneros políticos en Cuba, aunque lamentó no haber sido parte de las mediaciones entre el régimen y el Vaticano. Sin embargo, ha sido un defensor constante de la liberación de prisioneros políticos y ha solicitado en varias ocasiones la intervención del Papa Francisco en favor de ellos.
El cónclave, que comienza el 7 de mayo en la Capilla Sixtina, tiene una fecha histórica y se espera que marque un punto crucial en la dirección futura de la Iglesia.
