Régimen venderá materiales de la construcción y colchones a los afectados por el huracán Ian

La mayoría del fondo habitacional de Cuba se encuentra en malas o regulares condiciones, por eso son tan vulnerables ante los huracanes. (Foto: Lázaro Manuel Alonso-Facebook)

Aquellos cubanos que lo perdieron todo por el huracán Ian no serán ayudados por el Estado socialista que supuestamente protege a la población desamparada, pues tendrán que comprar los materiales de la construcción para levantar sus viviendas por sus propios medios.

Según consta en el acuerdo 9411 del Consejo de ministros publicado en la Gaceta Oficial No. 59 —extraordinaria—, no habrá gratuidades y el único beneficio es una rebaja del 50% en el precio habitual de los materiales de la construcción, incluidos tanques para almacenar agua, y colchones.

Las supuestas “facilidades” solo están disponibles para los afectados de las provincias Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque y La Habana, así como en el municipio especial Isla de la Juventud. Para acceder a esa rebaja de precio es imprescindible estar anotado en una lista de damnificados que se elaboró tras los primeros días luego del paso del ciclón.

El texto de la resolución indica que el objetivo es “brindar protección económica a las familias cuyas viviendas fueron afectadas”, sin embargo, hay cientos de familias que no podrán ni tan siquiera pagar la mitad del precio de estos artículos que son sumamente caros para los bajos salarios que se percibe.

📍Las personas cuyos ingresos no le sean suficientes podrán acceder a  créditos bancarios o solicitar subsidios para la compra de materiales de la construcción, con cargo del Presupuesto del Estado, y solicitar financiamiento por la asistencia social en el caso de los colchones.

— Presidencia Cuba 🇨🇺 (@PresidenciaCuba) October 2, 2022

Para estos casos las autoridades comunistas recomiendan endeudarse ante un banco estatal pidiendo un crédito o solicitando un subsidio, para lo cual debe entrar en todo el entramado burocrático donde inspectores estatales de una comisión evalúan si el candidato es susceptible a un subsidio. En ese caso, se le otorga el dinero, pero igualmente es el ciudadano quien tiene que correr con todas las operaciones de construcción de su vivienda.

El discurso oficialista de que “bajo la Revolución nadie quedará desamparado” vuelve a esgrimirse en el texto de la resolución, pero en la práctica la estrategia del régimen es desentenderse de la situación de los afectados, dejando en manos de estos la resolución de los problemas en medio de un proceso de inflación continua en la economía cubana.

Por ejemplo, el propio Estado subió los precios de los materiales de la construcción en abril pasado, alegando un alza de costos en el mercado internacional.

Un tanque de 2.100 litros tenía un precio de 4.440 pesos cubanos (CUP) y desde entonces cuesta 9.017 CUP. Un metro cuadrado de tejas onduladas vale 1.497 CUP. Todo ello mientras el salario mínimo es de solo 2.100 CUP, por lo cual resulta evidente que a los afectados le es insuficiente la “ayuda” que propone el régimen comunista.