Rescatan dos delfines varados en Cojímar, al este de La Habana

Dos delfines que encallaron en las inmediaciones de la costa de Cojímar, al este de La Habana, fueron rescatados por jóvenes residentes en el lugar que ayudaron a los cetáceos a volver al mar, según imágenes y videos del suceso que fueron publicadas en redes sociales.

En el perfil en Facebook de Ronald Rondón Domínguez explicaron que ambos animales quedaron atrapados cerca de las 7:00 pm del pasado sábado, justo “entre el Claro de Luna y La Costa”.

“La gente de Cojímar nunca me decepciona”, pues ayudaron rápidamente, afirmó el cubano.

“Llegan dos delfines a la orilla de Cojímar. Momentos en que personas intentan regresarlos mar adentro”, indica por su parte Luis Gómez, quien publicó fotografías y videos del hecho.

Otros comentarios, como el de Alisbet Pardo, refieren “la bondad y solidaridad de los pobladores de Cojímar”, que se “dispusieron a ayudar al delfín herido y varado en la costa casi al anochecer”.

“Obra de amor por los animales, particularmente los especiales delfines, lindo gesto cojímeros”, agregó.

Los delfines, llamados también delfines oceánicos para distinguirlos de los platanistoideos o delfines de río, son una familia de cetáceos odontocetos muy heterogénea, que comprenden 37 especies conocidas en la actualidad.

Por lo general, miden entre 2 y 8 metros de largo, con el cuerpo fusiforme y la cabeza de gran tamaño, el hocico alargado y solo un espiráculo en la parte superior de la cabeza (orificio respiratorio que muchos animales marinos tienen como contacto del aire o agua con su sistema respiratorio interno).

Se distinguen por mantener una dieta estrictamente carnívora. Destacan entre las especies más inteligentes que habitan en el planeta. Se encuentran relativamente cerca de las costas y a menudo interactúan con el ser humano. Como otros cetáceos, utilizan los sonidos, la danza y el salto para comunicarse, orientarse y alcanzar a sus presas; además, emplean la ecolocalización.

Estudios señalan que la principal causa de los encallamientos de delfines es un fallo de navegación. En algunos casos, sucede por confusión o porque los parásitos han atacado sus oídos, impidiéndoles escuchar los ecos de los chasquidos que ellos mismo envían para detectar obstáculos.

Pero a veces también son consecuencias de causas naturales. Por ejemplo, los delfines más pequeños quedan varados porque se han refugiado de las orcas y otros depredadores en aguas menos profundas, o porque se han aventurado demasiado lejos a zonas poco profundas cuando cazan bancos de peces.