Rusia vuelve a prometer inversión millonaria para los ferrocarriles de Cuba

Con la modernización se promete aumentar al doble la velocidad de los trenes, por lo cual la duración del viaje entre La Habana y Santiago de Cuba disminuirá de 20 a 12 horas. (Captura de pantalla © Mario Sergio – YouTube)

Rusia volvió a manifestar su compromiso de invertir una suma millonaria para modernizar el sistema ferroviario de Cuba, en un acuerdo que busca revitalizar una infraestructura esencial para la Isla. Esta nueva promesa llega después de siete años de acuerdos previos que no se concretaron, dejando a los trenes cubanos en un estado de deterioro avanzado.

El anuncio más reciente fue realizado por representantes rusos y cubanos en una conferencia de prensa conjunta. Según las autoridades, la inversión incluirá la renovación de vías férreas, la adquisición de nuevos trenes y mejoras en la tecnología de control ferroviario. Aunque no se especificaron fechas exactas, las partes implicadas aseguraron que este plan traerá beneficios tangibles en los próximos años.

Con la inversión prometida se aumentaría al doble la velocidad de los trenes. Por ejemplo, de 60 pasaría a 120 kilómetros por hora, por lo cual la duración del viaje entre La Habana y Santiago de Cuba disminuirá de 20 a 12 horas. En los cálculos alegres, las autoridades indicaron a Prensa Latina que si todo sale bien, “el transporte de cargas se incrementará de 14.7 a 21.6 millones de toneladas, y el de pasajeros subirá de 7.8 a 24.3 millones de personas”.

Un proyecto repetido y el escepticismo cubano

El anuncio de modernización ferroviaria no es nuevo. En 1976, Cuba también firmó acuerdos similares con la antigua Unión Soviética, pero muchos de esos proyectos nunca llegaron a completarse. Según comentó en las redes sociales Rafael Vidal, un antillano que vivió aquellos tiempos: “Se dijo lo mismo en 1976, que modernizarían los trenes, pero todo quedó en promesas vacías. Los coches FIAT argentinos fueron los únicos que se vieron rodar, pero el sistema ferroviario sigue dividido, como la autopista nacional que jamás se unió en el centro de la Isla”.

Además, los ciudadanos expresan que las prioridades del pueblo han cambiado. Para algunos, el ferrocarril no es la necesidad más urgente en estos momentos. “Que traigan comida y medicina, no trenes,” comenta Yoannys Figueredo, quien ve con escepticismo las promesas rusas. “El pueblo necesita libertad, no promesas de ferrocarriles,” agregó.

La persistente dependencia de Rusia

La relación entre Cuba y Rusia ha sido históricamente marcada por la dependencia económica. En los últimos años, ante la crisis que atraviesa la Isla, Moscú ha reafirmado su apoyo con promesas de inversión en sectores clave como el energético y, ahora, el ferroviario.

Sin embargo, muchos cubanos consideran que estos acuerdos no ofrecen soluciones a los problemas más inmediatos. “Cuba no tiene ni dónde caerse muerta, y Rusia se quedará con el país poco a poco,” opinaba un usuario de redes sociales, reflejando el sentir popular.

Otros, como Jorge Luis Díaz, agradecen el apoyo, pero temen que la corrupción en el sistema cubano haga imposible cualquier avance. “Ojalá llegue esa modernización, pero el dinero no alcanza si los dictadores se lo roban todo,” comentó.

El sistema ferroviario cubano, que alguna vez fue uno de los más avanzados de la región, incluso siendo el primer país en Iberoamérica en tenerlos, actualmente está en un estado crítico tras décadas de falta de inversión y mantenimiento. Las vías están deterioradas, los trenes son viejos, y los retrasos son constantes. Para algunos, la inversión rusa podría suponer una mejora significativa.

Sin embargo, gran parte de la población sigue siendo escéptica, ya que proyectos anteriores no han dado los frutos esperados. Mientras tanto, muchos residentes en la Mayor de las Antillas esperan ver más acción en áreas esenciales como la energía y el suministro de alimentos, temas que parecen urgir más que la modernización del transporte.