Salen a la luz fotos de toneladas de pescado podridas en Bejucal

Al menos 2.3 toneladas de pescado se pudrieron en Bejucal, en medio de una de las peores crisis de alimentos que vive Cuba. (Collage: Periódico Cubano y Leyda Machado-Facebook)

Más de dos toneladas de pescado se habrían echado a perder en el mercado ubicado en la calle 19, en el municipio Bejucal, provincia Mayabeque.

Según denunció la internauta Leyda Machado “el olor a podrido era insoportable” y se podía percibir incluso fuera del establecimiento. El alimento, “debía venderse en la circoferia expositiva de subdesarrollo local realizada este fin de semana” en Bejucal, pero “alguien” dejó que se descompusiera, a pesar del hambre y la escasez que sufre Cuba.

“La misma historia de los quintales de mango que se echaron a perder en Camagüey o de tomate en Artemisa porque necesitaban un autorizo que no llegó, porque, porque, porque… Más de la misma burocracia, desorganización y desidia que nos rodea”, señaló.

¡Las imágenes hablan por sí solas! Cuba vive una de sus peores crisis, y las autoridades prefieren ver los productos podridos, antes que hacer su trabajo para que lleguen al pueblo. Imposible avanzar en un país donde se juega con algo tan sensible como la alimentación de niños, enfermos, ancianos y población en general.

“La peste se sentía a cuadra y media”, confirmó el usuario identificado en Facebook como Hiram Cartaya. “Le ronca la pin.. que yo no como pescado desde que viajé a EEUU antes de la pandemia (y me puedo considerar afortunado) y que a dos cuadras de mi casa se pudran más de dos toneladas de pescado. Y no pasa nada”.

Al parecer, la circoferia donde se debía expender el pescado generó incomodidades entre los residentes en Bejucal. “Se dio la orden que no se podía vender la poca mercancía que había hasta que no llegara la TV y grabara. Los bejucaleños fuimos testigos de ello”, escribió Frank Capote Benítez.

Hasta el momento, las autoridades locales no han explicado oficialmente qué ocurrió con el pescado; tampoco la prensa oficialista se ha hecho eco de semejante noticia. Aunque, de ocurrir, lo harían con palabras vacías y sin solución a un problema que continúa repitiéndose en todo el país.

En el mes de febrero, más de 200 quintales de tomates se le pudrieron a un campesino en Artemisa, porque el Estado no cumplió con el acopio del mismo. Así, el productor perdió parte de su cosecha después de largas jornadas de trabajo y carencias; todo ello mientras la hortaliza es escasa y, debido a la alta demanda, se vende a elevados precios.

“Acopio no me ha entregado ni una caja desde el inicio de la cosecha el 25 de diciembre. Hoy se encuentra demasiado maduro y solo puedo enviarlo a la industria, pero entonces cuesta la mitad del que va hacia el consumo”, explicó en ese momento Humberto Martínez Lara al periódico local El Artemiseño.

Algo similar ocurrió en Camagüey, en 2021. Allí el gobierno dejó podrir más de 6.000 kilogramos de mango: no garantizó la recogida para su distribución y posterior venta. Por increíble que parezca, el Estado no les permite ofertarlos a la población, aunque se estén echando a perder.

“Nosotros hubiéramos llenado el carretón de caballo o el de los bueyes para salir a venderlo, aunque fuera en los repartos cercanos, pero no tenemos la autorización de la UBPC”, afirmó Ricardo Montaña Téllez, cooperativista de la finca No.12, al diario Adelante.