Seguridad del Estado acusa al escritor Carlos Manuel Álvarez de “obedecer órdenes desde el extranjero”

El escritor cubano Carlos Manuel Álvarez (Foto: Carlos Manuel Álvarez – Facebook)

En casi tres horas de interrogatorio, agentes de la Seguridad del Estado acusaron al escritor y activista Carlos Manuel Álvarez de obedecer órdenes desde el extranjero, varias veces lo llamaron mentiroso y además le inventaron que hablan mal de él en el Movimiento San Isidro (MSI).

Álvarez relató en un post de Facebook que a las 10:40 a.m. fue subido a un lada rojo y llevado a una casa por 202 y 203, en Siboney, donde lo estuvieron interrogando hasta pasada la 1 de la tarde.

Al llegar, los agentes le ofrecieron queso, jamón, chorizo, jugo de mango que venía en una caja de limón y almuerzo, pero solo aceptó agua durante todas las preguntas que recibió por parte de los agentes.

Tras cuestionamiento sobre El Estornudo, OSF y NED, los oficiales le dijeron varias veces mentiroso y que recibía órdenes desde el extranjero, así como financiamiento por parte del gobierno de Estados Unidos.

“Intentaron crear las típicas divisiones entre amigos y colegas. Que Mónica nos dijo esto de ti, que Abraham dijo esto otro de ti, que en San Isidro creen tal cosa de ti. No se tragan que entré a San Isidro por solidaridad”, manifestó.

Entre sus respuestas a tantas preguntas, Álvarez dejó en claro que continuará reuniéndose con el artista Luis Manuel Otero Alcántara, además de seguir participando en las discusiones públicas sobre el actual ámbito cultural de Cuba.

“Me dijeron que el límite era: con la revolución todo, contra la revolución nada. Les dije ´sí, esa frase nefasta´. Ahí empezaron con consignas. Dijeron de nuevo revolución y les dije que no era revolución, que era dictadura”, indicó el activista.

Los agentes no dudaron en expresar ante el escritor varias consignas a favor del gobierno cubano y le reiteraron que Cuba está bajo una revolución “viva, victoriosa, digna y fuerte”.

Ante la “amabilidad” que demostraron los agentes, Carlos Manuel expresó que “no importaba cuán amables fueran por momentos o quisieran ser, la naturaleza del hecho era en sí misma violenta, y la bondad, en la medida en que intentaba justamente tapar esa naturaleza esencial, lo volvía todo aún más violento o incómodo, antinatural”.

Al final agregó que fue regresado a su casa en el mismo lada rojo y les dijo a los oficiales que solo a través de interrogatorios pueden hablar con él, recibiendo como respuesta que “tú has visto que no te hemos golpeado, que no te hemos dañado”.

“Me eché a reír. Eso no es un mérito, les dije, no lo es”, agregó el escritor que fue detenido en la sede del Movimiento San Isidro cuando agentes y policías ingresaron a la fuerza para arrestar a los activistas en huelga de hambre.