Desgarradoras revelaciones de una doctora cubana que desertó: “Yo me sentía presa”

Una de las primeras doctoras cubanas en desertar de su misión médica relata su experiencia. (Captura de video: Fundación para los Derechos Humanos en Cuba)

La doctora Ramona Matos, una de las primeras profesionales en abandonar una misión médica del Gobierno cubano en el extranjero, describió en entrevista con la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba la explotación que sufrió como miembro de estas brigadas.

Matos, especialista desde 1986, explicó que las autoridades les quitaban su pasaporte, por lo que se veía obligada a residir en el extranjero sin identificación.

Indicó que su primera misión fue en Bolivia, donde además de médicos se enviaban medicinas, muchas de ellas escasas o ausentes en las farmacias de la Isla.

La doctora dijo que los médicos en misión estaban obligados a “atender” a 30 pacientes diarios para justificar su costo, por lo que al no alcanzar la cifra debían destruir los medicamentos “sobrantes”, pues no podía sobrar nada si se supone que atendían a ese número de personas.

“Eran medicamentos que no había en Cuba, esas ampolletas teníamos que tirarlas, teníamos que romperlas”, indicó, añadiendo que tenían que inventar también las cifras de pacientes atendidos.

Considerando que la alianza que actualmente sostiene el gobierno cubano con Venezuela es similar a la que tenía con Bolivia hasta el golpe de Estado contra el ahora ex presidente Evo Morales, podría suponerse que la situación es la misma y los medicamentos que hoy faltan en Cuba son enviados al extranjero y destruidos si “no se utilizan”.

Ramona Matos añadió también que debían buscar pacientes para operar, de lo que encontraran, pues si no cumplían con la meta eran devueltos a Cuba sin paga.

La doctora llegó a Brasil en septiembre del 2013, como parte del programa Mais Médicos, en el cual participaban otros países de Sudamérica.

Ahí fue que Matos se enteró que mientras ella y sus compañeros ganaban solo 800 reales, los médicos de otros países percibían 30 mil, pues el régimen cubano se quedaba con la mayor parte de su salario.

“Yo me sentí estafada, ya me sentía así en Bolivia, pero eran otras circunstancias, mi madre estaba enferma y yo tenía que regresar”, explicó.

Explicó que los cubanos eran separados del resto de los médicos y no tenían permiso para desplazarse ni relacionarse con nadie.

Escape de la esclavitud cubana

La doctora logró escapar a la esclavitud a la que era sometida por el régimen cubano con ayuda de una familia brasileña, que la llevó al aeropuerto desde donde logró llegar a Brasilia, capital del país.

En la capital se enteró que la policía federal la estaba buscando para deportarla a Cuba, luego de que sus compañeras de cuarto delataran su escape y la jefa de la misión la reportara.

Asustada, Matos acudió a la embajada de EEUU y consiguió la ayuda también de diputados brasileños, con quienes denunció las condiciones de explotación de los cubanos en Mais Médicos, con lo que se iniciaron las investigaciones.

Explicó que también se demandó a la Organización Panamericana de la salud OPS, por fungir como intermediario, pues a través de la organización era que Brasil pagaba supuestamente a los médicos.

Las denuncias contra las misiones médicas cubanas han sido numerosas y respaldadas por organizaciones y gobiernos.

El gobierno cubano se queda con entre el 75% y el 90% del salario de los médicos cubanos, que solo ven el mísero porcentaje que les corresponde si regresan a Cuba después de la misión.

Aún con estas denuncias en su contra, Cuba ha logrado posicionar sus brigadas médicas en más de 40 países de América y Europa durante la pandemia de COVID-19, las cuales representan una ganancia de millones de dólares para el régimen de la Isla.