Vecinos en Guantánamo no confían en el Gobierno: “Aquí tu votas y no hacen nada”

Residentes del reparto obrero El Azúcar, ubicado a pocos metros al norte de la ciudad de Guantánamo, capital de la provincia homónima, aseguran ya no confiar en la palabra del delegado del Poder Popular del territorio. 

“Han pasado varios delegados y ninguno ha tratado de resolver el problema (…) Estos siempre dicen que van a hacer pero no se hace nada prácticamente”, declaró José Navarro en una reciente entrevista concedida a la plataforma digital Diario de Cuba. 

De acuerdo con reportes del medio, estos guantanameros viven en inhóspitas condiciones. Cada vez que llueve, la pequeña comunidad se ve obligada a afrontar la inundación y el fanguizal que se produce en los maltrechos caminos. Esto, a su vez, imposibilita el tránsito, afectando sobre todo a los más pequeños. 

“En este barrio cuando llueve los niños no pueden ir a la escuela ¿por qué? Porque tienen que salir en botas de agua o en lanchas, por lo menos”, denunció Yanelis Cuba, una de las vecinas. “Aquí tu votas y no hacen nada, delegados ni presidentes ni nada”. 

Según explicó a Diario de Cuba, Amaury Romero, otro de los residentes, los funcionarios no se preocupan por garantizar las condiciones adecuadas en la pequeña localidad. Cuando “llovizna” los padres se ven obligados a cargar con los menores de edad en la espalda, de lo contrario no podrían asistir a la escuela. 

“Yo le sugiero al gobierno que haga algo por nosotros”

A pesar de las constantes quejas, el Gobierno aún no ha aprobado el proyecto para construir el alcantarillado. Un panorama en extremo antihigiénico, si se considera que el 90 por ciento de la población en el barrio cuenta solo con letrinas. 

“Aquí se pasa dos días lloviendo y cuando para, el agua se filtra por debajo de la tierra y las letrinas se llenan de agua”, detalló Romero. 

Incluso, algunos vecinos cuentan con subsidios para arreglar sus viviendas, pero no han podido llevar a cabo las labores por lo “intransitable” de las calles. Tal es el caso de Selma Hinojosa, cuya asistencia fue aprobada en 2014 y hasta hoy en día, no ha tenido la capacidad de transportar 50 barras de acero facturadas porque en la localidad no “entra ningún carro”. 

“Yo le sugiero al gobierno que haga algo por nosotros, por piedad”, subrayó Hinojosa.