Veterinarios cubanos reclaman al régimen prohibición de su trabajo por cuenta propia

El activista por los derechos de los animales Javier Larrea publicó en su perfil de Facebook la carta que escribieran y luego firmaran un grupo de médicos veterinarios a la Asamblea Nacional del Poder Popular y al Consejo de Estado cubano para reclamar sus derechos de ejercer su trabajo de manera legal.

La demanda surgió a raíz de la publicación del Decreto 20/2020 Contravenciones de la Medicina Veterinaria publicado en la Gaceta Oficial el 29 de enero último, en el cual “se prohíbe el ejercicio de la profesión por cuenta propia; ejercicio para el que se estipula, además, una de las sanciones más graves de las dispuestas por el Decreto”, escribió Larrea.

Según el también estudiante de quinto año de Licenciatura en Derecho de la Universidad Central de Las Villas Martha Abreu, esta nueva disposición del régimen “ha generado una gran preocupación social, especialmente entre las familias cubanas que cuentan, entre sus miembros, con animales afectivos, las cuales son, probablemente, la mayoría”, agregó.

Firmaron la misiva ciento setenta y ocho médicos veterinarios y zootécnicos procedentes de las provincias de La Habana, Matanzas, Camagüey, Villa Clara, Santiago de Cuba, Las Tunas y Mayabeque.

Resulta indignante que se retroceda en los avances que en este sector se lograron cuando la reapertura al trabajo privado. Como cita el activista ambientalista en su red social, es evidente que en la actualidad el estado cubano no puede solventar esta actividad porque “no cuenta con los recursos necesarios para brindar servicios veterinarios de calidad, ni está en condiciones de satisfacer todos los que la población cubana demanda”.

Asimismo, reconocen que “las causas pueden ser muchas, y las sabemos” al tiempo que refiere que esas mismas carencias y sus consecuentes demandas son las que han hecho surgir a los veterinarios por cuenta propia, figura “que tampoco es nueva en nuestro país pues siempre existieron”, acotó.

De los puntos más importantes que exponen es la falta de clínicas en varios municipios del país, porque no en todos se lograron crear. Además, ejemplifica como consultorios como el reconocido de Carlos III en La Habana y de otras provincias no siempre cuentan “con un abastecimiento constante de medicamentos, ni especializados ni sustitutos, ni tampoco con el equipo requerido para llevar a cabo el trabajo para el que fueron diseñadas y que reclama la población”, subrayó.

Otros temas abordados fueron la falta de posgrados y cursos de superación, la imposibilidad de los médicos veterinarios para expedir recetas y prescripciones médicas para orientar el tratamiento a seguir.

“En relación a ello cabe recordar que hasta el inicio de la década de los 90 del pasado siglo, los médicos veterinarios se registraban en el desaparecido Instituto de Medicina Veterinaria y, con su número de registro, podían emitir esas recetas y responsabilizarse por la observación clínica de los animales, entre otras tareas. Hoy existe un control administrativo de doctores en medicina veterinaria y en medicina veterinaria y zootecnia, que no reconoce ni agrupa a la totalidad de los profesionales del sector”, escribió el también director de la revista “El Refugio”.

Por último solicitan sean valoradas otras modalidades además de la estatal (como veterinarios particulares, las cooperativas) y que se otorguen las correspondientes licencias a los profesionales calificados que las soliciten; que sea permitida la realización de contratos con entidades estatales y extranjeras, a través de empresas importadoras cubanas y la creación de un Registro de Médicos Veterinarios y Zootécnicos, que agrupe a todos los profesionales del gremio, así como la proclamación de una norma que regule sus derechos y deberes como tales.

Trovador matancero Miriel Santana expone su preocupación por esta medida arbitraria del gobierno cubano. (Foto: Miriel Santana – Captura de pantalla Facebook)