Altahabana, una vez concebido como un modelo de modernidad y confort para la clase media y alta cubana, ha experimentado un profundo cambio desde su fundación en los años 50 hasta la actualidad.
El youtuber cubano JSant TV ofrece un recorrido visual que revela el declive de esta zona de la capital cubana. Lo que una vez fue una zona de lujo y exclusividad se ha convertido en un espacio marcado por el abandono, la decadencia y los contrastes sociales que cada vez son más grandes.
En sus inicios, Altahabana fue diseñada para ofrecer a sus residentes una vida cómoda y moderna. El barrio se comenzó a construir en 1955 bajo el gobierno de Fulgencio Batista, con el objetivo de ser una comunidad residencial de clase media-alta.
Contaba con seis grandes zonas: una protegida con viviendas unifamiliares, una semi protegida para viviendas de varias familias, un Centro Comercial General, parques, una zona cívica para escuelas, bibliotecas e iglesias, y una gran Zona Industrial cercana a Boyeros. Esta planificación cuidadosamente pensada buscaba proporcionar un entorno saludable y seguro para sus residentes, con el 40% del área dedicada a espacios verdes.
Las residencias, que en 1959 sumaban 325, estaban diseñadas para ofrecer privacidad, pero sin aislar a los vecinos. Las viviendas contaban con amplios jardines delanteros, garajes, y habitaciones en una sola planta, con una disposición que respondía a los deseos de sus ocupantes. La ubicación estratégica del barrio permitía que se llegara al centro de La Habana en menos de 15 minutos, mientras que otros lugares clave, como la Plaza Cívica o las playas de Marianao, estaban a tan solo cinco minutos de distancia.
Con la llegada al poder de Fidel Castro en 1959, el destino de Altahabana cambió drásticamente. El Estado comunista intervino y nacionalizó las empresas financiadoras del proyecto, lo que detuvo su desarrollo. Aunque algunas mansiones continuaron en manos de sus propietarios originales, muchas de las viviendas fueron redistribuidas, afectando la estructura social del barrio.
Las construcciones planificadas, como el Hospital Nacional y el Hospital Pediátrico William Soler, quedaron inconclusas, y los espacios vacíos se ocuparon con edificaciones de microbrigadas, caracterizadas por su aspecto austero, falta de estética y poca resistencia al paso del tiempo.
El video de JSant TV muestra cómo las construcciones soviéticas, levantadas en la década de los 70 y 80, impactaron negativamente la estética del barrio. Estas estructuras, a menudo descritas como “cajones” o “palomares”, rompieron con el diseño original de Altahabana y crearon un fuerte contraste entre las elegantes mansiones capitalistas y las nuevas construcciones de la era revolucionaria.
El deterioro es visible también en las infraestructuras clave, como el parque central, que en su momento era un espacio verde bien cuidado y hoy luce abandonado, con aguas residuales fluyendo por la zona.
Uno de los puntos más interesantes que aborda el video es la coexistencia de dos realidades opuestas dentro de Altahabana. Por un lado, están las grandes mansiones de antes de 1959, que aún conservan parte de su esplendor, mientras que por el otro, las construcciones soviéticas carecen de calidad y muestran signos de abandono.
Las fábricas e industrias que florecieron en Altahabana antes de la revolución también forman parte de esta historia. Entre ellas estaban la antigua fábrica de cigarros Regalías El Cuño, la productora de galletas Gilda, y la textilera Casino. Estas industrias proporcionaban empleo y dinamismo económico a la zona, pero muchas fueron nacionalizadas o cerraron tras la intervención estatal.
La seguridad en Altahabana también ha sufrido un cambio significativo. Antes, el barrio no necesitaba muros ni cercas. Sin embargo, debido a la enorme crisis económica se ha producido un aumento exponencial de la delincuencia, hoy en día casi todas las casas están cercadas, reflejando la pérdida de la tranquilidad que caracterizaba la zona. Los vecinos evitan salir a la calle desde horas de la tarde, pues los robos de celulares son la cotidianidad.
Otro aspecto inquietante que se menciona es la cercanía de Altahabana al centro de detención de la seguridad del Estado en Aldabó. Este sitio es conocido por los interrogatorios que se realizan allí, lo que ha generado un ambiente de tensión y vigilancia para los residentes del barrio.