Artista cubano Onelio Larralde sobre Decreto 35: “Mis hijos merecen tener un padre que no teme”

Pintor cubano Onelio Larralde. (Foto: Onelio Larralde – Facebook)

Lejos de callar voces y mutilar la libertad de expresión en internet, el recién anunciado Decreto 35 ha despertado una ola de rechazos entre los cubanos frontales al gobierno, como el pintor Onelio Larralde.

Más que artista, Larralde se define como “muy viejo ya” para “pensar en qué puedo o no comentar en un servicio que pago al estado con mi dinero”.

“O sea, no me escondo y divulgo o comento lo que creo cercano a mi línea de pensamiento”, escribió en Facebook el también director de arte, en claro desafío a la conocida como ‘ley mordaza’.

Larralde, miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) –aunque a veces le pese, dice–, ha trabajado siempre dentro del país, razón suficiente para que “lo que el Estado me quiera prohibir me toque la puerta de mi casa y me lo diga”.

“No más amenazas, no más ofensas al pensamiento, no más miedo”, pide el artista de la plástica, pues se esfuerza diariamente para alimentar a su familia “a pesar de cambios, medidas y Murillos”. “Seguiré compartiendo, publicando y debatiendo todo lo que quiera y donde quiera”, advirtió.

Cree que sus hijos “se merecen tener un padre que no teme”, y llama a sus amigos y colegas a no aconsejarle que se muerda la lengua. “Ayúdenme a creer un poco más, a divulgar la verdad”, alentó.

El comediante y actor Alexis Valdés se sumó a las críticas a la nueva jugarreta del régimen para privar a los cubanos de opinar sobre la triste realidad a que están obligados a vivir.

“Los cubanos no podrán hablar ni bien ni mal del gobierno. Mal es desprestigio y bien fake news”, posteó Valdés en las redes.

Según el viceministro de las Comunicaciones, Ernesto Rodríguez Hernández, “no se está limitando la participación social en las plataformas digitales”; en cambio, “se protege a la población de la afectación que les provoca en el ciberespacio cuestiones que dañan la ética, que difunden mensajes que afectan la intimidad y la dignidad de las personas, que tergiversan la realidad (las llamadas fake news), el ciberacoso”.