MUNDO
EEUU niega asilo a Dama de Blanco con estatus de refugiada de la ACNUR
Onelia Alonso fue devuelta a territorio mexicano a esperar turno para solicitar la protección diplomática
El estatus de refugiada otorgado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) no fue suficiente para que la activista cubana Onelia Alonso pueda obtener el asilo político en Estados Unidos.
La Dama de Blanco de 62 años cruzó el puente Hidalgo, que representa la conexión entre las ciudades mexicana de Reynosa y estadounidense de MacAllen, en Texas, pero en esta última fue rechazada por la falta de documentos migratorios.
“Les dijimos que veníamos a entregarnos, que éramos refugiados de las Naciones Unidas y nos comunicaron que no podíamos pasar si no teníamos la visa reglamentaria”, declaró Onelia a Radio Televisión Martí.
Alonso tenía las intenciones de evitar el programa de Protocolos de Protección de Migrantes, también conocido como “Permanecer en México”, mediante el cual migrantes detenidos en EEUU sin papeles son devueltos a territorio mexicano a esperar una cita con una corte de inmigración.
La también integrantes del Frente Antitolitario Unido (FANTU) comentó a dicho medio que los agentes en territorio estadounidense no les permitieron estar más tiempo del debido en el puesto fronterizo y amenazaron con llamar a autoridades mexicanas para que sean regresado.
En ese momento, la activista declaró ante los guardias estadounidense que tenía miedo de regresar a Reynosa debido a la delincuencia, pero estos hicieron caso omiso y le reiteraron que diera vuelta.
Onelia estaba acompañada de su hermano Carlos, quien comentó que “la actitud de los guardias no fue la más correcta, es como si llegaras a ellos pidiendo ayuda y te trataran como un criminal”.
Debido a la negativa, ahora los hermanos tendrán que permanecer en dicha ciudad mexicana en espera que lleguen sus respectivos turnos para solicitar asilo político en EEUU.
“Creemos que, como ciudadanos del mundo, tenemos derecho a ser escuchados, tenemos derecho a salvar nuestras vidas”, concluyó Onelia, quien junto con su familiar tiene techo y comida gracias a la ayuda de una familia mexicana.
Onelia y Carlos viajaron más de un año para llegar a dicha frontera; tras salir de la Isla se adentraron a Trinidad y Tobago, donde lograron conseguir el estatus de refugiados, y luego cruzaron en lancha a Venezuela, para después llegar a Colombia.
Posteriormente se internaron en la Selva del Darién con destino a Panamá, pero en este país fueron rechazados y los regresaron a los límites de Colombia con Venezuela.
Tiempo después volvieron a tomar la ruta hacia EEUU y tras vivir secuestros, asaltos, muertes de otros migrantes y ver a niños africanos quedar huérfanos en Centroamérica, entraron a México y se encaminaron a la frontera donde se encuentran ahora.