Aumentan problemas renales en cubanos convalecientes de la COVID-19

En Sancti Spíritus, solo hay máquinas de hemodiálisis en Yaguajay, Trinidad y la capital provincial. (Captura de pantalla: Cubavisión Internacional – YouTube)

Un grupo de 45 cubanos residentes en la provincia de Sancti Spíritus ha debutado con graves problemas renales que necesitan de frecuentes hemodiálisis, luego de haber padecido de COVID-19 durante el tiempo que la pandemia originada en China afectó a la Isla.

De acuerdo con declaraciones al diario oficialista Escambray del nefrólogo Remberto Cruz Pérez, el incremento en la cantidad de personas que comenzaron a presentar afecciones en los riñones con respecto a la población general del territorio espirituano se corresponde con las tasas de incidencia reportadas a nivel mundial y que se asocian a convalecientes del coronavirus.

Las autoridades médicas aseguran que cuentan con el equipo y personal necesario para enfrentar la creciente demanda del servicio. En la actualidad, son 123 espirituanos los que reciben tratamiento tras ser diagnosticados con enfermedades renales crónicas (ERC).

Entre ese equipamiento destacan 20 modernas máquinas marca Fresenius 4008S adquiridas por Cuba gracias a un financiamiento del Banco Francés para el Desarrollo. Sin embargo, la cifra solo alcanza para ubicar los dispositivos en Yaguajay, Trinidad y la capital provincial. De tal forma, los residentes en el resto de los municipios espirituanos deben trasladarse a estos centros de referencia para someterse al tratamiento.

La ERC es una afección que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien hay varios factores que pueden contribuir a su desarrollo, la COVID-19 ha sido identificada como un posible factor desencadenante para algunas personas.

Los riñones son los encargados de filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, pero cuando se infecta con el coronavirus, el sistema inmunológico del cuerpo puede lanzar una respuesta inflamatoria exagerada, lo que puede dañar los tejidos del riñón y disminuir su función.

También se ha demostrado que puede afectar la coagulación de la sangre, lo que reduce aún más el flujo sanguíneo a los riñones y aumenta el riesgo de daño renal.

Además de la COVID-19, hay otros factores que pueden aumentar el riesgo de ERC, como la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad, la enfermedad cardíaca, el tabaquismo y la edad avanzada.

Para disminuir el riesgo de padecer de ERC, se aconseja a las personas incluir cambios en la dieta, tener actividad física y tomar medicamentos para controlar la presión arterial y la glucemia. También es fundamental evitar el tabaco y el consumo de alcohol en exceso.