Carlos J. Finlay: cinco cosas que no imaginabas sobre el célebre médico cubano

A pesar de que no logró gran fama por ello, Carlos J. Finlay fue un gran oftalmólogo. (Foto © Wikipedia – Carlos J. Finlay)

El médico cubano Carlos Juan Finlay Barrés trascendió a la posteridad después de haber descubierto el agente transmisor de la fiebre amarilla: la hembra del mosquito Aedes Aegypti.

Por su trabajo y aportes a la ciencia fue nominado en varias ocasiones al Nobel. En su vida tuvieron lugar varios hechos que, seguramente, no eras capaz de imaginar.

Ajedrecista empedernido

Fue un apasionado empedernido del juego ciencia: En 1885 estuvo entre los fundadores del célebre Club de Ajedrez de La Habana. Poseía una increíble destreza en el arte de los trebejos y se dice que tenía gran capacidad analítica sobre cada momento de la partida. Participó en varios torneos.

En uno de ellos finalizó sexto. Una vez llegó, incluso, a derrotar a George H. McKenzie, un estadounidense que se hallaba entre los mejores ajedrecistas de la época.

Su especialidad: Oftalmología

A pesar de que no logró gran fama por ello, Carlos fue un gran oftalmólogo. Su padre, Edward Finley, practicaba esa especialidad en Puerto Príncipe, Camagüey. Siguiendo el ejemplo y las enseñanzas de su progenitor, el joven estudió para continuar el legado familiar.

Luego dejaría obras para la posteridad como “Semiología e Higiene Ocular”, “Consideraciones generales sobre la extracción de catarata y descripción de un nuevo método operatorio”, “Trastornos del aparato de la visión en la fiebre palúdica y los accidentes provocados por la quinina” y otros que lo colocaron entre los referentes de esa materia en el país.

Sus títulos no estaban validados en Cuba

En algún momento sus títulos no fueron reconocidos en Cuba: Hijo de una familia acaudalada, estudió en países como Francia e Inglaterra. En una de las temporadas en que regresó a su tierra natal, quiso ingresar en la Universidad de La Habana, pero esta institución no reconoció sus méritos alcanzados en el Viejo Continente.

Es entonces cuando su padre decide enviarlo a Filadelfia, Estados Unidos, para que matricule como estudiante de medicina. En 1857 pudo revalidar su título en el centro universitario de la capital cubana.

Censurado en su propio país

Sí, así como lo lee. Cerca del inicio de la Guerra de los Diez Años, condujo estudios sobre el cólera en La Habana. Entre los resultados de sus pesquisas concluyó en que la enfermedad se propagaba a través de la Zanja Real.

Aquel texto final no fue publicado por motivos de la censura que habían establecido las autoridades españolas en el país después del estallido insurreccional. No querían que se asociara ese problema a una mala administración del gobierno. El material fue publicado en 1873 cuando ya la epidemia había cesado.

El canal de Panamá

Carlos J. Finlay tuvo relación con la construcción del canal de Panamá: En 1901, en La Habana, se eliminó una epidemia de fiebre amarilla luego de una campaña dirigida por el norteamericano William Gorgas, basada en recomendaciones que había hecho el doctor cubano.

Años más tarde, el estadounidense viajaría a Panamá, lugar donde llevaría a cabo una tarea similar. Desde ahí escribiría a su homólogo cubano una carta donde le contaba de aquel suceso. Así se pudo terminar la construcción del canal. En esa área está emplazada una placa en honor al aporte del médico antillano a la finalización de aquella obra arquitectónica.