Casi 30.000 vacas han muerto en Camagüey durante la primera mitad del año

Casi 30 mil vacas perecieron en Camagüey hasta el cierre de julio, 4 mil más que en el mismo periodo de 2019 y la mayoría de ellas a causa de la desnutrición.

Según informó el oficialista Adelante, solo en los primeros siete meses del año 29,407 vacas perecieron, 58% de hambre, lo que representa 4,212 animales más que el año pasado.

Aunque el gobierno no tiene la capacidad suficiente para mantener y explotar apropiadamente al ganado, prefiere acapararlo y perderlo como merma por hambre o sed que dejar que los cubanos aprovechen su carne o comercialicen con él a su manera para ganar lo suficiente para mantener al resto.

Los criadores cubanos se enfrentan al estricto control del régimen, que aunque no les da nada para alimentarlos ni para otros cuidados que requieren los animales, exigen su cuota y no les permiten comercializar con ellos ni con sus productos, como la leche.

Mientras tanto, a pesar de la enorme cantidad de ganado que hay en la Isla, en las tiendas y mercados del territorio la carne de res está prácticamente prohibida y cuando llega a ofertarse, es en tiendas de divisa con precios sumamente inaccesibles y además es importada.

Aunque Camagüey es una de las provincias con mayor volumen de ganado en Cuba, atraviesa una gran crisis tanto en la producción de leche como de carne.

De las 161,449 vacas en edad reproductiva que hay en la región, solo 74,995 están siendo ordeñadas, lo que representa el 46%.

Por otra parte, del total de vacas y novillas en edad reproductiva solo se encuentra en el programa de inseminación artificial el 34%.

Por otra parte en el sector campesino, que posee el 80% de estos animales, se insemina actualmente solo el 23%, mientras que el resto se preña con monta libre, pero en muchos casos los toros no poseen buenas condiciones genéticas, también por su mala alimentación.

Los ganaderos camagüeyanos “deben” más de 13 millones de litros de leche a la industria hasta el momento, pues tras dos años en los que han promediado aproximadamente unos 90 millones de litros, este año apenas alcanzan los 75 millones de un compromiso inicial de 88 millones.

La mala infraestructura de la industria alimentaria cubana hace dependientes a los ganaderos de las condiciones climatológicas, pues las reses solo comen pasto, por lo que en momentos de sequía se quedan sin agua y sin comida, mientras que el hambre las afecta también en caso de tormentas.

La sequía de este año ha causado estragos en la ganadería, pues si uno de estos animales deja de beber agua por 24 horas pierde el 10% de su masa corporal y tras 72 horas su situación es calificada de “depauperación”.

De los 13 municipios de Camagüey solamente Sierra de Cubitas y Céspedes cumplen con las cifras pactadas, mientas Guáimaro, Sibanicú, Jimaguayú y Camagüey son los más rezagados.