Más de 20 casas en Marianao llevan casi tres meses “sin una gota de agua”

La falta de agua potable y la mala calidad de este servicio, son unos de los problemas que más afectan a los cubanos, como es el caso de Ailen Gámez Hernández, una vecina de La Habana que pide tener al menos “una gota” para poder satisfacer las necesidades de su familia.

En medio de la pandemia de COVID-19, varias zonas de Cuba se han visto privadas del vital líquido, que junto a la escasez de productos de limpieza, les han imposibilitado mantener una adecuada higiene y desinfección en los hogares.

Así ocurre en el municipio de Marianao, en La Habana, donde Gámez denuncia que desde junio los residentes de la calle 124, equina con 41, no reciben agua potable.

Gámez recalcó al medio oficialista Juventud Rebelde que la mayoría de sus vecinos son ancianos, lo que hace aún más grave su situación pues son más susceptibles a cualquier enfermedad por malas condiciones de higiene.

Indicó que la falla en el servicio fue reportada a la oficina de Aguas de La Habana en Marianao desde el inicio, pero las autoridades nunca respondieron y el problema continúa.

“Demoran semanas en mandar a un inspector” asegura, recordando que la oficina ni siquiera está lejos de su casa.

Aunque ella y los vecinos han ejercido presión para que les resuelvan su situación, la respuesta siempre es la misma: mandan inspectores a “verificar” el problema, se reconoce y luego nadie hace nada por resolverlo.

“Ya no entra ni gota de agua. Varios vecinos también han ido y nada”, expresó.

La frustración de los vecinos aumenta ante las “largas” de las autoridades, que les dicen que “ya están trabajando en ello” o que “ya informaron de su problema”, pero en realidad no hacen nada.

“Ya a mediados de agosto se van a cumplir dos meses con el problema” dijo Gámez y añadió que el año pasado “sucedió lo mismo”.

Indicó que en 2019 tardaron un mes en darle solución, pero este año se han tomado más tiempo y “no son capaces de resolver ahora ni de tampoco decir para cuándo”.

La falla del servicio de agua en esta zona de la capital cubana afecta a unas 20 viviendas, cuyos residentes deben cargar diariamente cubos de agua mientras en la otra cuadra sus vecinos sí disfrutan del servicio.

La cubana asegura que se siente “maltratada y estresada” por la situación, pues su requerimiento es simple y básico: agua por tubería.

El antecedente sentado por otras zonas de Cuba indica que la situación podría ser mucho peor, donde zonas como Aguacate en la provincia de Artemisa, llevan décadas sin el servicio y hasta ahora que reciben el vital líquido es a cuentagotas, por supuestas “labores de mantenimiento” que en años no han podido terminarse.