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Damnificados del tornado en La Habana llegan seis años esperando por una solución
“Es duro que mi hija y mis dos nietos pequeños sigan viviendo en estas condiciones críticas”

El proceso de reconstrucción ha estado marcado por la ineficiencia y el abandono del régimen comunista. (Captura de pantalla © Xinhua – YouTube)
Orlando Cámbara Hernández, residente de Diez de Octubre, La Habana, escribió por segunda vez al diario oficialista Juventud Rebelde para exponer públicamente su queja tras más de seis años sin ser atendido por el gobierno.
Según relata a la sesión Acuse de Recibo, publicada el 18 de enero pasado, él junto a varios vecinos son oficialmente damnificados del tornado que azotó la capital cubana el 27 de enero de 2019. Tras casi seis años, ni él ni su familia han recibido una respuesta concreta por parte de las autoridades locales para restablecer las condiciones constructivas de sus viviendas.
Orlando relató cómo el proceso de reconstrucción, al igual que otras siete afectadas en la ciudadela de Calzada de Luyanó, ha estado marcado por la ineficiencia y el abandono del régimen comunista.
Una brigada de la Cooperativa No Agropecuaria Santa Fe inició las reparaciones en su vivienda y las de otros afectados en 2019. Inicialmente, se llevaron materiales como cemento, arena y tuberías, pero solo lograron construir cuatro paredes en dos apartamentos antes de retirarse a finales de ese año.
En los siguientes años, el trabajo se reanudó de manera intermitente, con resultados insuficientes. En 2020, la brigada regresó para completar la placa de otros dos apartamentos, pero la obra fue nuevamente abandonada. En un intento posterior, alcanzaron a realizar una cocina en un tercer apartamento, dejando el baño desmantelado.
Orlando y su familia han visto cómo los materiales necesarios para reconstruir su hogar han sido llevados y retirados sin explicación clara. Actualmente, su apartamento almacena tuberías, puertas y ventanas, pero sigue siendo inhabitable. “No podemos vivir ahí, aclara, porque se ha ido deteriorando a raíz de tanta espera. No tenemos baño ni cocina”, lamentó.
La familia vive desde entonces en condiciones precarias, acogida en la casa de familiares. El ciudadano asegura que, pese a las múltiples visitas y promesas de funcionarios municipales y provinciales de Vivienda, no ha habido avances reales.
El caso de Orlando no es un hecho aislado. Decenas de familias afectadas por el tornado de 2019 continúan esperando soluciones mientras enfrentan el deterioro de sus inmuebles y la falta de empatía de las autoridades. “Es duro que mi hija y mis dos nietos pequeños sigan viviendo en estas condiciones críticas”, expresó con frustración.
La familia ha intentado mantenerse firme pese a los años de espera, pero el paso del tiempo y la falta de control sobre los recursos disponibles agravan su situación. “No pedimos lujos, solo que nos permitan vivir dignamente”, afirmó.
“Visitas y promesas de los funcionarios municipales y provinciales de vivienda no han faltado, pero no se resuelve nada”. Incluso el cubano dice, se han entrevistado con los directivos, pero nadie le da la respuesta concreta que necesita él, su hija y los dos nietos pequeños que componen el núcleo familiar.
La situación refleja los problemas sistémicos en la gestión de recursos y la incapacidad del Estado cubano para responder a las necesidades básicas de su población. A pesar de las “difíciles circunstancias” que enfrentan el país y sus instituciones, la ineficiencia y la falta de transparencia se han convertido en constantes.
