Descubren cementerio sumergido en el fondo de la bahía de Santiago de Cuba

El descubrimiento subraya la rica historia de Santiago de Cuba, una ciudad donde el pasado colonial y las tradiciones marítimas se entrelazan. (Captura de pantalla © My Trips – YouTube)

En el fondo de la bahía de Santiago de Cuba, justo a los pies del emblemático Castillo del Morro San Pedro de la Roca, un equipo de investigadores del Centro Regional de Gestión y Manejo del Patrimonio Natural y Cultural Subacuático (CUBASUB) descubrió un cementerio submarino con decenas de ánforas fabricadas para albergar cenizas de restos humanos.

Según un extenso reporte del diario oficialista Sierra Maestra, el descubrimiento extraordinario yace a unos 10 metros de profundidad, y los especialistas han quedado sorprendidos por no haber hallado antes esos objetos. El equipo de CUBASUB, originalmente enfocado en la prospección del histórico cable inglés de comunicaciones, se topó inesperadamente con este sitio.

El jefe del equipo, el Dr.C. Jesús Vicente González Díaz, declaró que estos recipientes, que contienen las cenizas de difuntos, se encuentran en un área históricamente significativa, marcada también por cañones y restos de la era colonial española.

Decenas de ánforas deben ser clasificadas por los investigadores. (Foto incrustada con HTML © Sierra Maestra – Portal Web)

El descubrimiento subraya la rica historia de Santiago de Cuba, una ciudad donde el pasado colonial y las tradiciones marítimas se entrelazan. Este hallazgo no solo añade una nueva dimensión al patrimonio cultural de la urbe, sino que también revela prácticas funerarias únicas ligadas al mar.

El Dr. González y su equipo consideran este hallazgo como un “regalo”, proporcionando una oportunidad única para estudiar más a fondo la historia y las tradiciones de la región. El equipo ya está realizando trabajos de campo para obtener un levantamiento completo del cementerio submarino.

A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre ha utilizado numerosas maneras de despedirse de sus difuntos, incluso “enterrarlos en el mar”. En tierra, hasta de pie los han sepultado, otros en posición fetal, en nichos (sepulturas en paredes), en osarios, en columbarios, directamente en la tierra, en panteones, en cuevas, en necrópolis. En el mar, de diferentes maneras: esparciendo las cenizas sobre las olas, quemando al difunto (al estilo vikingo) junto con la embarcación al pairo, o lanzando el cadáver al mar.

En la zona también han sido hallados “vetustos cañones colmados de concreciones, ruedas de cureñas, balas y disimiles, herrajes, una impresionante cantidad de ánforas mortuorias en diferentes estados de conservación… ngangas con ofrendas, botellas de ron, restos de altares… y cualquier diversidad de ofrendas diseminadas por el batir del mar”.

Paralelamente, la investigación arroja luz sobre el cable inglés, un hito en las comunicaciones del siglo XIX. Gestionado por The Cuba Submarine Telegraph Company LTD, este cable conectaba varias ciudades cubanas y extendía su alcance hasta Haití y Jamaica.