Despiden con dolor al padre cubano fallecido tras ser atropellado en La Pequeña Habana

Las autoridades tienen bajo investigación el caso del cubano atropellado en La Pequeña Habana. (Captura de pantalla © Univisión – Facebook)

El pasado domingo, se realizaron los servicios fúnebres de Tomás Brito, un padre cubano que murió en un hospital de Miami tras ser atropellado en el barrio de La Pequeña Habana por un conductor que terminó dándose a la fuga.

Familiares y amigos se congregaron para despedir a este hombre de 40 años y padre de dos jóvenes, quien fue arrollado la semana pasada en el cruce de la Calle 8 y la Avenida Octava. Telemundo 51 estuvo presente para cubrir el emotivo funeral.

Danilo del Pino, tío de la víctima, brindó unas palabras al medio estadounidense, dirigidas al conductor que se dio a la fuga: “Entrégate porque has destruido a una familia”. Visiblemente afectado, este familiar también expresó la angustia de su hermana, madre del fallecido, quien ahora deberá pasar por el lugar del trágico accidente cada vez que se desplace por la zona.

La búsqueda de justicia se ha vuelto imperativa para la familia, y hay un rayo de esperanza con la noticia de que la policía localizó un automóvil BMW con daños en el parabrisas a dos millas del lugar del accidente.

El oficial Mike Vega, vocero de la policía de Miami, confirmó que este vehículo podría estar vinculado al incidente, lo que ha revitalizado las esperanzas de la familia de que se haga justicia.

Sin embargo, mientras esperan respuestas, hacen un llamado a la comunidad para que cualquier persona con información sobre el paradero del conductor involucrado se comunique con la Línea de Alto al Crimen de Miami-Dade.

“Si el dueño o la persona manejando hubiese parado, no hubiese estado enfrentando cargos, pero al irse de la escena, ahora va a estar enfrentando acusaciones bien serias”, expresó Mike Vega, portavoz del Departamento de la Policía de Miami.

En casos de fatalidades en accidentes, los conductores pueden enfrentar cargos graves. Se les puede acusar de un delito de primer grado, lo que conlleva hasta 30 años de privación de la libertad, multas de hasta 10.000 dólares y la revocación de la licencia de conducir por al menos tres años.