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El fallido boicot contra Goya

OPINIÓN

El fallido boicot contra Goya

Esa furia tóxica por parte de los autonombrados “activistas” contra Goya se originó porque su director ejecutivo, Robert Unanue, aceptó una invitación a la Casa Blanca

Productos Goya

Los consumidores han respondido de una forma positiva al rechazar el boicot vengativo (Foto de referencia: Periódico Cubano)

En las últimas semanas un tema predominante en la prensa ha sido el ridículo boicot lanzado por algunos autodenominados «guardianes” de la opinión pública contra la icónica compañía de comestibles hispanos Goya Foods.

Aparte de Bacardí (la renombrada firma multinacional de bebidas de origen cubano), Goya es la empresa hispana en Estados Unidos con el más alto volumen de ventas —mil millones de dólares anuales— y con la mayor nómina de empleados, esparcidos en varios estados, incluyendo la Florida, Texas, Nueva York, y Nueva Jersey. En este último radica su sede central, y es el estado desde donde también escribimos estas líneas.

Esa furia tóxica contra la exitosa compañía Goya se originó porque su director ejecutivo, Robert Unanue, aceptó una invitación a la Casa Blanca. Tanto él como sus predecesores en el liderazgo de Goya lo habían hecho rutinariamente con presidentes estadounidenses anteriores de ambos partidos políticos, sin que nadie lo objetara.

Irónicamente, no pocos de los llamados “organizadores comunitarios” que dirigen el absurdo sabotaje comercial, y que pretenden presentarse como «líderes» hispanos, ni siquiera entienden español. Ese es el caso, por ejemplo, de un expolítico del estado de Texas que co-inició el boicot, y quien es adscrito al partido contrario al presidente Trump. Incluso, es dudoso que esos gritones intolerantes consuman regularmente productos de la cocina hispana, excepto para efectos de publicidad demagógica oportunista.

Por supuesto, en toda sociedad existen individuos resentidos, frustrados y llenos de contradicciones que en el fondo se autodesprecian y proyectan un disgusto personal contra una comunidad con la cual tienen poca afinidad, pero que —paradójicamente— pretenden mal representar.

Si bien los quejumbrosos boicoteadores tienen derecho a expresar su visceral odio divisivo, y de pregonar la venenosa “lucha de clases” en esta sociedad abierta, no nos engañemos: son falsos líderes pesimistas que no representan a la comunidad. De igual manera, reclamamos el derecho a ripostarles, aunque más elegantemente que el estilo de “bullying” avasallador que ellos emplean.

Goya fue fundada en Nueva York en 1936 por la familia Unanue, inmigrantes oriundos de la provincia de Burgos, al norte de España. Es una empresa orgullosa de haber proporcionado empleo por nueve décadas a miles de trabajadores de diversos orígenes a través de EEUU, así como en Puerto Rico, República Dominicana (tras la caída de la dictadura de los hermanos Trujillo), y España (luego de terminada la dictadura de Franco).

Con su “silencio ensordecedor”, los malintencionados boicoteadores pretenden desconocer las actividades filantrópicas de Goya, y sin alardes. Por ejemplo, con el reciente advenimiento de la pandemia del Covid-19, hemos visto como Goya ha donado miles de libras de sus productos a organizaciones comunitarias (y no solo hispanas) en varias ciudades, incluyendo Miami.

De hecho, Goya se enorgullece de tener un sólido historial de responsabilidad corporativa que incluye, además, el mentorear a comerciantes de las pequeñas tiendas de víveres típicas de nuestros barrios, así como también el patrocinar a estudiantes de secundaria y universitarios (y, por cierto, de todos los orígenes étnicos).

No obstante, los envidiosos que ahora atacan a Goya parecen tener principalmente una doble intención perversa:

  • Difamar la marca Goya y arruinar dicha compañía multimillonaria, asumimos que, entre otras razones, como penalización por su éxito comercial
  • Infligir más daños (en medio de la pandemia) a la economía de los estados con gran población hispana, como son Nueva Jersey y la Florida. Si en tiempos normales dichas metas antisociales son censurables, en épocas de crisis de salud son imperdonables.

Una coincidencia adicional que pudiera explicar sus motivaciones es que muchos de los boicoteadores resultan también ser apologistas de la dictadura socialista de Chávez-Maduro en Venezuela y la de los hermanos Castro en Cuba, en ambas de las cuales parecen encontrar inspiración ilusoria.

De hecho, los boicoteadores alaban esos horribles regímenes desde sus elegantes limosinas y cómodas oficinas, y algunos incluso pregonan el querer implantar aquí sistemas represivos similares. Todo eso, inconsistentemente, en aras de supuestas “sensibilidad étnica”, “igualdad”, “tolerancia”, “antifascismo”, y “justicia social y racial” [sic]. Esas propuestas impositivas de fantasía orwelliana constituyen en esencia insultos a la inteligencia.

La buena noticia en todo esto es que los más recientes reportes indican que lo que sí ha provocado la convocatoria al boicot ha sido lo contrario de su propósito malévolo: Las ventas de los productos Goya van en aumento, incluso en áreas donde la comunidad hispana es ínfima. Es decir, que estadounidenses no hispanos están consumiendo dichos productos, unos en apoyo a la empresa, y otros quizás por curiosidad culinaria. Pero da igual: el resultado es positivo. Incluso, hay informes de que los estantes para los productos Goya en las tiendas se vacían rápidamente a diario, al punto que algunos establecimientos racionan su venta por cliente.

Es una pena que esos hechos no sean reportados debidamente por la mayoría de los medios de comunicación, tanto en inglés como en español. Pero, al comportarse así, ambos medios traicionan su ética periodística, así como a la comunidad hispana que profesan servir.

Los consumidores han respondido de una forma positiva al rechazar el boicot vengativo y por ciertos miembros del “establishment” pseudoliberal elitista; a la larga, el ciudadano común triunfa. Como dijera el gran filósofo europeo Karl Popper: somos libres si tenemos opciones para escoger.

 

Por: Luis Alum Linera y Rolando Alum Linera*

* LUIS ALUM, Esq., es socio principal de la firma de abogados ALUM & FERRER, en Guttenberg, Nueva Jersey, que lleva sirviendo a la comunidad por cuatro décadas. ROLANDO ALUM, colaborador asiduo de PERIÓDICO CUBANO, es etnólogo afiliado con la Universidad de Pittsburgh y consultor de Icod Associates.

 

Artículo de opinión publicado bajo la Política de Renuncia de Responsabilidad de Periódico Cubano

11 Comments

11 Comments

  1. Abraham

    10 agosto, 2020 - 10:46 AM at 10:46 AM

    Estoy de acuerdo con el Prof. Rolando Alum. Aun se practica el libre expresión de ideas en los Estados Unidos de America. Los demócratas se han convertido al partido del comunismo. Que triste!

  2. David Jimenez

    9 agosto, 2020 - 2:45 PM at 2:45 PM

    El boicot a Goya es una guerra abierta contra los hispanas es la prueba que el partido demócrata nos odia y que nos quieren robar hasta el sueño Americano al cual los demócratas creen que nosotros no tenemos derecho y que por lo tanto solo servimos como obreros de construcción o de campo. Tanto es el odio hacia nuestra comunidad que hoy propagan este odio con nuestra propia gente, que sumida en su ignorancia, no perciben que un ataque a Goya es un ataque a todos nosotros como Hispanos sin importar si somos Cubanos, Puertorriqueños, Colombianos,Ecuatorianos,Peruanos, etc. Carajo somos Hispanos Y en este país si no podemos unirnos y defender lo nuestro no saldremos adelante. Los demócratas nos ven debajo de los afroamericanos y nos dividen entre nacionalidades y nosotros caemos ignorantemente en ese juego y es por este motivo que no hemos tenido un presidente Hispano.

    Goya aparte del pecado de haber consumado su derecho a la primera enmienda» la libre expression» a a lo que también parece que no tenemos derecho y por lo cual llaman a destruir un patrimonio hispano solo por pensar diferente a ellos.

    Solo en la locura y demencia de la izquierda se le puede desear el mal a una compañía que es el patrimonio de nuestra comunidad y que es ejemplo al cual nosotros deberíamos seguir. Quién no desearía tener una compañía como Goya pero como son hipócritas, envidiosos y racistas, hoy le desea el mal a Goya y por lo tanto a todos nosotros.

  3. Octavio López

    27 julio, 2020 - 5:51 PM at 5:51 PM

    Buena descripción del fallido intento de la izquierda recalcitrante e intolerante contra una empresa que no ha dado motivo alguno para ese proceder. De haber tenido éxito, el boicot a Goya hubiera sido perjudicial para la comunidad en general y no solo la de raíces hispanas. Por suerte, el resultado ha sido opuesto al de las intenciones de sus preconizadores.

  4. Roland Alum

    26 julio, 2020 - 5:25 PM at 5:25 PM

    Gracias a los 5 comentaristas.
    Hacemos lo que se puede con la verdad.
    Var también:

  5. Regina

    22 julio, 2020 - 1:27 PM at 1:27 PM

    Muy buen artículo sobre el fallido boycot de los productos Goya.

  6. Osberto B. Fernandez

    22 julio, 2020 - 12:20 PM at 12:20 PM

    Estoy consumiendo mas productos GOYA desde que llamaron a cobarde «boicot», un verdadero tiro en el pie, en GOYA trabajan miles de «latinos», lo se de primera mano,
    Tremendos productos, de los Unanues jamas he oido hablar mal; tremenda familia.
    Mis respetos……A CONSUMIR PRODUCTOS GOYA….»SI ES GOYA TIENE QUE SER BUENO».

  7. Sarai

    20 julio, 2020 - 5:08 PM at 5:08 PM

    Golla eyes bueno, gracias.

  8. Pedro Monge

    20 julio, 2020 - 3:02 PM at 3:02 PM

    Perfecta presentación de la situación.

  9. Armando Gutiérrez

    20 julio, 2020 - 1:33 PM at 1:33 PM

    Un certero artículo que explica en detalle la verdad detrás de las mentiras de los demócratas, liberales, izquierdistas, etc. para engañar a las masas.
    Mis felicitaciones a los autores.

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