El “hombre de hierro cubano” ayuda a un indigente en el bulevar de San Rafael

A través de sus acciones, Tomasen busca transmitir un mensaje de unidad y esperanza. (Captura de pantalla © Mario Vallejo – Facebook)

Lino Tomasen, conocido como “El Hombre de Hierro Cubano”, protagonizó un emotivo encuentro en el bulevar de San Rafael, en La Habana. Al notar a un hombre pidiendo limosna con un cartel que decía “Esto es para comer”, Tomasen se acercó, se sentó a su lado y le entregó varios billetes.

Cuando el hombre intentó agradecerle, el influencer respondió que era él quien debía dar las gracias. Luego, compartió un mensaje de superación y fe ante los transeúntes que se habían reunido a su alrededor.

Durante su discurso, resaltó la importancia de hacer el bien y destacó el papel de Dios en su vida. Mientras se golpeaba el torso con un marro, aseguró que el cambio empieza con acciones solidarias. “Si queremos cambiar, necesitamos hacer el bien para otros”, expresó ante el público.

Lino Tomasen ha ganado notoriedad por su inusual entrenamiento basado en la resistencia a golpes con herramientas pesadas. Su historia personal, marcado por desafíos desde su nacimiento, ha sido clave en la construcción de su identidad.

En entrevistas previas, relató que al nacer fue dado por muerto debido a complicaciones en el parto, pero su padre, médico de profesión, logró reanimarlo.

Desde su infancia, Tomasen mostró una gran fortaleza física. En la escuela se destacó por defender a sus compañeros y más adelante desarrolló su peculiar método de entrenamiento, basado en recibir miles de impactos diarios con una mandarria. Esta práctica lo llevó a desafiar a luchadores y boxeadores, lo que impulsó su popularidad en redes sociales.

Su carrera como peleador dio un giro definitivo tras un combate en México, donde su oponente perdió la vida. A partir de ese momento, decidió alejarse de la violencia y enfocar su vida en la ayuda a personas necesitadas. Desde entonces, ha dedicado esfuerzos a repartir alimentos y brindar apoyo económico a quienes atraviesan dificultades.

Uno de los casos más conocidos de su labor solidaria fue el de Fernando, un pianista cubano en situación de vulnerabilidad. Al conocer su historia, Tomasen le entregó una suma considerable de dinero y preguntó cuál era su mayor anhelo. “Antes de morirme, lo único que quiero es un piano”, respondió el músico. Tomasen compartió el pedido con sus seguidores y logró gestionar la entrega de varios instrumentos para él.

A través de sus acciones, el atleta busca transmitir un mensaje de unidad y esperanza. En una conversación con CubaNet, resumió su filosofía de vida con una invitación a la solidaridad: “Siempre tenemos una segunda oportunidad para cambiar y hacer del mundo un lugar mejor. No a la violencia, no a la guerra, no a la droga, no a la traición, sino querernos como hermanos”.

Su testimonio y su compromiso con los más vulnerables lo han convertido en una figura que trasciende el ámbito deportivo. Tomasen continúa recorriendo las calles de Cuba con su mensaje de fortaleza y ayuda mutua, dejando huella en cada persona con la que se cruza.