Enfermera cubana de Ranchuelo denuncia estar deprimida: sin salario, sin comida, y sin electricidad

Pueblo de Esperanza en Ranchuelo en extrema pobreza. (Los Aventureross-YouTube)

Una impactante denuncia llegó al periodista cubano Alberto Arego, quien reveló la desgarradora historia de una enfermera cubana sumida en la depresión debido a la crisis que vive la Isla.

La enfermera, cuyo nombre se mantiene en el anonimato por temor a represalias, pues tiene un hijo, compartió su angustiante situación con el comunicador: “no quisiera que mi nombre se sepa, pues tengo un hijo varón y tengo temor. Usted sabe mi esposo y yo somos profesionales de la salud y nos tenían que pagar desde el día 7 y no hay dinero. Quizás, nos dijeron, que el miércoles”, relató la antillana.

La situación en su localidad, Esperanza, un poblado de Ranchuelo en Villa Clara, es desoladora, al igual que en Cuba entera, pero en el interior del país, siempre se vive más la crisis, pues son pueblos olvidados por el régimen.

Según comentó la señora, la falta de alimentos ha paralizado el círculo infantil local, afectando a los niños y a sus familias. Cuenta además, que la escasez de comida también ha afectado la distribución de arroz, limitándolo a niños de 0 a 13 años, lo que aumenta la desesperación de la población. La enfermera expresó su descontento con el gobierno cubano, describiendo la situación como una forma de prisión psicológica, asegurando estar muy deprimida.

“Tengo una depresión que no puedo… Tanto critican a Israel por lo que hace y aquí no hay bombas ni tiros, es peor. Es psicológico”, argumentó la enfermera.

“Todo es pendiente de la electricidad. Dicen que ahora es más de 12 horas y perdón por el discurso, pero me tengo que desahogar”, escribió la mujer, destacando la dificultad de la vida cotidiana bajo estas condiciones.

La historia de esta enfermera refleja la difícil realidad que enfrentan los cubanos en medio de la crisis económica y social que atraviesa el país, donde la falta de alimentos, medicinas y servicios básicos está generando un profundo impacto en la salud mental y emocional de la población.

Reportes que llegan a Periódico Cubano, desde toda la Isla, hablan de un descontento total entre los ciudadanos, de madres que no envían a sus hijos a la escuela porque no tienen alimentos para darles, y por pasar las madrugadas sin electricidad, ni descanso.

Productos básicos, como el aseo y un plato de arroz, fundamental en el cubano, están sumiendo a la población en la extrema pobreza y en una depresión, total, para la cual tampoco hay medicamentos.

Hace apenas unos días, salió a relucir la denuncia de un abogado cubano, que decidió no trabajar más al Estado, porque además que el salario a un profesional cubano no le alcanza para vivir, 15 horas de apagón no permiten descanso ni estudio alguno.