Feminicidio en Santiago de Cuba: una mujer embarazada fue apuñalada por su expareja

El asesino de Rosangela Vargas Noaya viajó de Matanzas a Santiago de Cuba para acabar con su vida y dejó huérfana a una menor de ocho años. (Foto: Mujeres Esperanza SC-Twitter)

Rosangela Vargas Noaya es el nombre de otra víctima de violencia de género en Cuba. La mujer de 24 años fue apuñalada por su expareja en el barrio Los Hoyos, provincia Santiago de Cuba, el pasado 6 de diciembre.

La joven, que se encontraba embarazada, dejó además una hija de ocho años que deberá sufrir su pérdida y continuar creciendo en una sociedad que ha normalizado las agresiones de ese tipo.

Según confirmaron a Diario de Cuba fuentes cercanas a la familia, Vargas Noaya murió en el lugar del ataque debido a la gravedad de las heridas, al parecer provocadas con un arma blanca.

Su asesino viajó desde Matanzas, donde residía, para poner punto final a su vida en el oriente del país. Aunque no se conocen detalles alrededor del caso, la pareja había terminado su relación hacía pocos meses, pero una vez más el machismo y el sentido de “propiedad” que el patriarcado impone en Cuba culminó en un feminicidio.

La organización civil independiente Mujeres Esperanza, con sede en Santiago de Cuba, compartió en su cuenta en Twitter imágenes del momento en que el cadáver fue transportado hacia el cementerio Santa Ifigenia, donde fue sepultado.

El pasado 8 de diciembre también se conoció la muerte de una madre de tres hijos a manos de su pareja. El Observatorio de Alas Tensas confirmó en su página en Facebook la identidad de la víctima: Yordanka, de alrededor de 40 años de edad y vecina del reparto Ciudamar, en San Miguel del Padrón, La Habana.

Asimismo, exigió a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) ocuparse de “esta pandemia silenciosa que tiene más de dos años” y que en 2021 ha cobrado la vida de alrededor de treintena mujeres.

“¿Dónde están los refugios para las mujeres maltratadas? ¿Cuándo se tipificará el feminicidio dentro del código penal cubano?”, cuestionó la organización. “¿Cuántas cubanas deben ser asesinadas para que se entienda que esta es una situación de emergencia, que tiene causas estructurales en el sistema patriarcal que gobierna Cuba?”

Mientras esto ocurre, la FMC y otras instituciones que aseguran proteger a las féminas desestiman la necesidad de aprobar una Ley Integral contra la Violencia de Género y no son capaces de llamar por su nombre a un agresor sexual.