Gobierno cubano reconoce que no cumplirá con sus elevadas expectativas en el turismo

Tal y como muchos habían previsto, el gobierno cubano no cumplirá con las exorbitantes cifras que se había impuesto en el pronóstico de turistas para arribar a las instalaciones hoteleras de la Isla.

Así lo confirmó Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y ministro de Economía y Planificación de Cuba, al hacer pública las cifras oficiales previstas a inicio de año y lo que realmente se cumplió.

Durante la reunión habitual del Consejo de Ministros, la cual tiene lugar cada miércoles en La Habana, el funcionario público reveló que “habían arribado al país 1.074.795 visitantes, y se estima termine el año con 1.710.000 turistas”, según datos ofrecidos por el diario oficialista Granma.

Estos números representarían unos 800 mil extranjeros menos que los previstos por los representantes del régimen en sus infantiles previsiones de inicio de años, cuando se propusieron alcanzar la meta de 2.5 millones de turistas para remontar las pérdidas acaecidas tras la pandemia de la COVID-19.

La estrepitosa caída de las predicciones, tiene lugar a tan solo horas de que inicie la temporada alta de la Mayor de las Antillas, el próximo primero de noviembre, y para la cual, tanto las empresas estatales como los inversores extranjeros con presencia el rubro en la Isla, han volcado un importante capital para esperar a los visitantes que no llegarán.

Una de los destinos en los que más esperanzas había depositado el régimen, se trata del recién inaugurado Hotel Gran Muthu Habana, un complejo de 515 habitaciones enclavado en la exclusiva zona de Miramar y el cual levantó columnas durante la pandemia, mientras en el pueblo escaseaban los alimentos y las medicinas.

Otras de las joyas que había reservado el Ministerio de Turismo, era el renovado Hotel Telégrafo, el cual sería el primer alojamiento dedicado a la comunidad LGBTIQ+ en la capital antillana.

Así mismo, el Iberostar Selection Esmeralda, un complejo de lujo con 450 habitaciones ubicado en Cayo Cruz, al norte de Camagüey, será otra de las instalaciones que no verá a muchos visitantes de acuerdo a los números de reservas.

Irónicamente, y mientras cientos de cubanos en Pinar del Río aún no tienen servicio eléctrico y sus viviendas siguen en el suelo tras el paso del huracán Ian, la prensa oficialista se hizo eco de la apertura del Villa Horizontes Soroa, enclavado en una de las zonas más hermosas de la Isla, recién remozado de los estragos que le ocasionó el fenómeno natural.