“Hace tiempo que estamos luchando para que nos den otro lugar donde vivir”

Vecinos del edificio que colapsó el jueves en la Calzada del Cerro, en La Habana, dijeron a la prensa nacional que desde hace años luchan por que el Gobierno les otorgue una vivienda digna, según recogió el portal Cubadebate

El derrumbe parcial del inmueble, sito en Colón No. 206 entre la Calzada del Cerro y San Cristóbal, ocurrió sobre las seis de la mañana. El siniestro dejó al menos una persona fallecida y obligó el despliegue de fuerzas policiales y rescatistas con perros para extraer a los lesionados entre los escombros.

Un coronel de la Policía Nacional Revolucionaria contó al referido medio que el edificio se encontraba en “condiciones de derrumbe, declarado inhabitable y pendiente de demolición”. Sin embargo, un dictamen técnico realizado en el año 2014 sostiene que era totalmente reparable.

Aydelín Medina Consuegra, residente del inmueble, relató que ella y su esposo estaban durmiendo cuando el estruendo los despertó y salieron a ver al niño que duerme en otra habitación. El derrumbe los obligó a permanecer allí hasta que los bomberos los sacaron.

“Hace tiempo que estamos luchando para que nos den otro lugar donde vivir”, dijo Aydelín, quien radica en uno de los 10 apartamentos con los que cuenta el edificio. Pese al estatus de “pendiente de demolición”, solo uno de los apartamentos se encontraba deshabitado.

Otra vecina entrevistada, Nancy Rivera Lagoa, dijo que allí viven 16 personas y que desde 1975 el inmueble se encuentra deteriorado. “Ya me he quejado a todas las instancias y me dicen que tendremos respuesta, pero ya han pasado muchos años y seguimos aquí”, señaló.

La publicación recoge que, en una carta fechada el 31 de octubre de 2011, el entonces subdirector de la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV), Andrés Estrada Peña, declaró el edificio como “nominalizado en el Plan de Rehabilitación Integral”, donde la UMIV solicitó dictamen técnico a la empresa SECONS, por las “malas condiciones constructivas”.

El documento fue la respuesta a una queja de Nancy Rivera, en la que señalaba que desde el año 1975 comenzaron a tupirse y romperse tuberías de aguas fluviales y albañales, las cuales fueron depositándose en el sótano y trajo como consecuencia la propagación de vectores.

“Esta situación existe hace más de 20 años. Siempre se ha planteado en la asamblea de rendición de cuentas. Todavía hoy el sótano está lleno de agua y no hay respuesta”, comentó igualmente Idalma Nordet Heredia, del apartamento No.6.

El 17 de octubre de 2012, la vicepresidencia de Construcción y Vivienda del Consejo de la Administración Municipal (CAM) explicó a los vecinos que “se pensaba someter el edificio a una reparación, pero hubo que reconsiderar esta propuesta por las malas condiciones con peligro de derrumbe”.

El CAM insistió en que había que demoler y que no se había podido acometer la obra, “ya que hay algunas familias que no han querido albergarse”.

En aquel momento, el Fiscal Municipal del Cerro, Camilo Carballo Baños, indicó la medida de gestionar un albergue, pues resultaba “completamente imposible otorgarle una vivienda a cada núcleo familiar del edificio”.

Dos años después, un dictamen técnico realizado por el arquitecto Boris Abel Mérida Suárez señaló que el edificio era totalmente reparable y que su demolición prematura era injustificable, “salvo que el gobierno tenga otros intereses en esa zona”.

“Las irresponsabilidades, la falta de recursos y el abandono de las autoridades responsables en la conservación y protección del patrimonio de la ciudad, han provocado que esta edificación se encuentre en la actualidad (2014) en un estado técnico regular, pero reparable”, certificó Mérida Suárez.