¿Hay solución para la pandemia de COVID-19 en América Latina?

Continúan aumentando los nuevos contagios y los fallecimientos. (Foto: Periódico Cubano)

América Latina permanece como uno de los epicentros mundiales de la pandemia de COVID-19. Actualmente, la región atraviesa una situación muy adversa, pues se registra un aumento de los nuevos casos, las hospitalizaciones y las muertes por el virus, al tiempo que se propagan rápidamente peligrosas variantes y se retrasa el proceso de vacunación.

Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) muestran que apenas durante la última semana se contabilizaron más de 1,1 millones de contagios y 31.000 muertes en el territorio latinoamericano; nada menos que cuatro de los cinco países con mayor cantidad de decesos semanales a nivel global se ubicaron en esa región.

La tendencia al incremento del número de infecciones se ha mantenido en Centroamérica durante las dos últimas semanas, principalmente en México, Belice, Panamá y Guatemala.

En el Caribe, Cuba y República Dominicana alcanzaron las mayores cifras de contagios, y Trinidad y Tobago las más altas tasas de mortalidad.

Al sur, se reporta la saturación de los hospitales en Bolivia, Chile y Uruguay, siendo la mayoría de los ingresados personas jóvenes de entre 25 y 40 años. En la ciudad brasileña de Sao Paulo, el 80% de las camas de las unidades de cuidados intensivos se encuentran ocupadas.

Las grandes áreas metropolitanas de Colombia también denotan una ocupación muy elevada de camas en los centros de cuidados intensivos.

La doctora Carissa Etienne, directora de la OPS, lamentó el lento proceso de vacunación en la región, pues solo una de cada 10 personas en América Latina ha completado su esquema de vacunación contra COVID-19, ya que no se reciben suficientes dosis ni siquiera para proteger a los más vulnerables.

La experta añadió que, además de las vacunas, estos países necesitan apoyo financiero para obtener suministros adicionales, así como aumentar su propia capacidad de producir vacunas.

Posibles causas de este complejo panorama

Incluso en Chile, donde la vacunación ha marchado a la par de las naciones más desarrolladas, el número de contagios y muertes sigue aumentando.

El epidemiólogo brasileño Jarbas Barbosa, subdirector de la (OPS), declaró a BBC mundo que esta realidad enseña que “las vacunas no son unas varas mágicas”, no van a reducir la transmisión de manera inmediata, y también hay que tener en cuenta que la protección solo está completa cuando la persona ha recibido las dos dosis.

Además, esos países, ni ningún otro en la región, está cerca de alcanzar el 70% de la población vacunada, porcentaje necesario para poder controlar mejor la circulación del virus.

América Latina se encuentra en proceso de acceder a más vacunas por medio del sistema Covax, así como por donaciones de otros países, lo cual constituye una ayuda fundamental para muchos de estos países, porque no tienen los recursos para comprar vacunas.

El especialista detecta al menos otras dos razones que podrían aportar claridad para entender por qué continúa agravándose la pandemia en este territorio.

Primero, comenta, las medidas que son efectivas para reducir la trasmisión del virus (el uso de mascarillas, la distancia física, evitar aglomeraciones…) tienen una efectividad muy reducida en estos países, pues la economía informal es el sustento de alrededor del 50% de la población.

Es decir, al menos la mitad de los ciudadanos latinoamericanos no cuentan con una red de protección social, a diferencia de Europa y Estados Unidos. Por el contrario, tienen que salir todos los días a la calle a buscar algún ingreso para llevar alimentos a su familia.

En segunda instancia, menciona las condiciones de vida en los barrios pobres de las grandes ciudades de la región, que ostentan una aglomeración permanente de personas.

Barbosa reiteró el problema de la vacunación, que todavía marcha a un ritmo insuficiente para que se logre un control mayor de la transmisión. Inciden también otros factores, como mensajes contradictorios de liderazgo o una baja coordinación y organización en algunos países.