NOTICIAS DE CUBA
Hermana del primer ministro Marrero Cruz tiene un Spa con productos “exclusivos” para la cúpula
La dificultad para acceder a ingredientes simples para replicar las codiciadas mascarillas caseras pone de relieve la creciente brecha entre la élite y el cubano promedio
Tamara Marrero Cruz, del primer ministro de Cuba, el coronel de la FAR Manuel Marrero Cruz, tiene un Spa en la ciudad de Holguín que se abastece con productos desaparecidos de la canasta alimenticia de la población, como yogur, miel y cacao.
La periodista cubana Ninoska Pérez Castellón abordó el tema en su espacio radial en La Poderosa 670 AM, e incluso publicó interioridades de cómo la “empresaria” maneja el negocio con sus clientes, que captura a través de publicidad en redes sociales y el contacto directo en el hotel Paradisus Río de Oro.
Ver esta publicación en Instagram
Pérez Castellón se pregunta cómo la “emprendedora” logra conseguir ingredientes tan lujosos en las actuales condiciones de la economía nacional para elaborar mascarillas que utiliza en sus servicios de masajes y pedicuras. La respuesta es evidente: podría ser a través de la influencia familiar con su hermano, el primer ministro que lleva décadas posicionado en lo más alto de la cúpula castrista.
Lo anterior sugiere un contraste alarmante entre el discurso oficial de austeridad y la realidad de una élite que navega en un mar de abundancia.
En un país donde la escasez de productos básicos como la leche y el yogur para niños, ancianos y enfermos es una realidad palpable, resulta escandaloso cómo los dirigentes sí tienen acceso a ello para sus negocios capitalistas.
La dificultad para acceder a ingredientes simples para replicar las codiciadas mascarillas caseras pone de relieve la creciente brecha entre la élite y el cubano promedio, comentó la periodista cubana en su programa. La situación se agrava al considerar que incluso el azúcar, un producto emblemático de la nación, se ha convertido en un artículo de lujo que el propio Fidel Castro calificaría de bochornoso tener que importar.
El Spa, además de ser un santuario para la relajación -según la propietaria-, se ha convertido en un símbolo de la disparidad socioeconómica en Cuba. Mientras algunos ciudadanos luchan por obtener los ingredientes básicos para una simple comida; otros disfrutan de tratamientos faciales con productos que están desaparecidos de la dieta de la mayoría de los cubanos.