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Vuelve la carne de cerdo a Guantánamo luego de escasear en Navidad
El producto llegó a la Feria Agropecuaria con una alta presencia de policías y fuerzas espaciales
La carne de cerdo estuvo escasa en Cuba durante la Navidad (RCH)
Tras una Navidad en la que la carne de cerdo brilló por su ausencia, ayer sábado inició en Guantánamo la Feria Agropecuaria con una variedad de ofertas y una alta presencia de policías.
El portal Diario de Cuba informó que el gobierno comercializó la carne a 16.5 pesos de moneda nacional, mientras que la libra de tomate y malanga a cuatro pesos.
Aunque hubo la presencia de elementos de seguridad, algunos miembros de tropas especiales, en diversas ocasiones hubo discusiones entre consumidores por diversas razones, entre ellas la desorganización en las filas.
Uno de los compradores reclamó que, pese a llegar a temprano al igual que varias personas, se le estaba dando preferencia a consumidores que estaban en la parte trasera de la fila.
Una mujer identificada como Yanet comentó al medio independiente que desde la una de la madrugada llegó a la feria para poder comprar la carne de cerdo.
La cerveza a granel fue un de los productos que más se vendió en el lugar, a pesar de que había productores con mejores precios que en fechas anteriores.
Por los precios manejados y la presencia de diversos productos, estas ferias son de ayuda para que los ciudadanos despidan el año de una manera placentera, después de varias semanas de productos regulados o la inexistencia de alimentos básicos.
Después de la Navidad, varias personas denunciaron a Diario de Cuba que no pudieron tener al menos un platillo de carne de cerdo en sus mesas, debido a que el gobierno no comercializó este producto a precio diferenciado y solo dio prioridad a los particulares.
“Qué le costaba a ellos mandar un poco de carne barata y darle la oportunidad a los pasmados de celebrar estas fiestas con un poco de puerco, que es la comida nacional”, comentó Ana Gladys, una vecina del callejón de Jaimanitas.
A principios del mes varios consumidores se quejaron de que el gobierno no tenía control sobre la carne de cerdo existente y los comerciante la vendía a precios que más les acomodaba.
