Marquetti recibió 30 mil dólares al llegar a EEUU, pero no sabe “quienes son los enemigos”

Después de muchos años, Julita Osendi se reencontró en Miami con el “toletero de Alquízar”. (Captura de pantalla © Cuba Sport Network)

El ex pelotero cubano Agustín Marquetti, quien arribó a Estados Unidos en 2010, le ofreció una entrevista exclusiva a la periodista Julita Osendi, quien pudo reencontrarse con el “toletero de Alquízar” después de muchos años.

El miembro de los equipos Cuba e Industriales, que han estado en ojo de la polémica desde su llegada a Miami por su pasado de miliciano y de apoyo al régimen castrista, reveló que cuando arribó a EEUU logró recaudar 30 mil dólares de donaciones de seguidores.

La generosidad de la comunidad cubana le permitió cumplir su sueño de adquirir un Mercedes Benz, algo que siempre había querido, pero que en Cuba era imposible de lograr.

Sin embargo, el autor de famoso jonrón contra Rogelio García, que le dio el campeonato a Industriales, dice no saber quién es el enemigo. “No pudimos llegar a jugar pelota aquí (en EEUU) porque los enemigos eran estos, ahora la vida cambiaba tanto que mira, no sé sabe ahora quién es el bueno y quién es el malo (…) Yo pienso que algún día todo cambie”.

Otra polémica declaración del ex pelotero fue recordar que en sus tiempos no se jugaba por dinero y ahora los cubanos que llegan a Grandes Ligas ganan millones.

“Nosotros jugamos por conciencia a la pelota, por amor. Aquí la gente juega por millones. ¿Cuántos de nosotros no hubiéramos jugado aquí? Una pila de esos que no son peloteros en Cuba han venido para acá y son millonarios y las estrellas de Cuba los peloteros grandes de Cuba nunca vinieron, nunca se quedaron. Ni los Kindelán, ni los Pacheco, ni los Capiró, ni Medina ni Wilfredo”.

A ellos “le ofrecían miles de pesos, pero nunca se quedaron, pero no es lo mismo jugar por conciencia que jugar por dinero. Desgraciadamente, el dinero mata la conciencia, Julita, desgraciadamente”.

Marquetti compartió anécdotas de su carrera y su vida actual, rodeado de familiares y amigos que celebran su legado. Su historia es un testimonio de los desafíos y triunfos de los deportistas cubanos en el exilio. A sus 74 años, sigue siendo un referente de tenacidad y pasión por el béisbol, inspirando a nuevas generaciones tanto en el campo como fuera de él.