NOTICIAS DE CUBA
Más de 500 migrantes cubanos en riesgo de COVID-19: evitan pruebas PCR por miedo a ser deportados
El coronavirus es una de sus menores preocupaciones entre los múltiples peligros que enfrentan al cruzar la selva del Darién
Más de 500 migrantes cubanos podrían estar en riesgo de contraer COVID-19 mientras esperan en Necoclí, Colombia, para cruzar a Panamá y continuar hacia Estados Unidos.
La asesora de la alcaldía local de Migración dijo a Diario de Cuba que todos los días se realizan alrededor de 50 consultas a indocumentados en la clínica local asociadas con problemas respiratorios.
Un texto examinado por este medio de prensa señala que en la última semana el hospital de Necoclí ha atendido a 40 migrantes con síntomas de infección respiratoria aguda no especificada, y que se identificó a 11 positivos de COVID-19.
Uno de los mayores riesgos, advirtió la médica Kyhara Alexa Berrio, es que los indocumentados evitan las pruebas de COVID-19 y ocultan sus síntomas tanto como sea posible, por temor a ser detectados y detenidos o deportados.
Berrio explicó que la semana pasada se realizaron pruebas de detección gratuitas, pero de 1.500 muestras analizadas, solo 240 fueron de migrantes.
Estas personas se encuentran altamente expuestas al virus por estar a la intemperie, aglomeradas y en pobres condiciones de higiene, al no tener un refugio como tal.
Se estima que diariamente llegan a este punto más de 1.500 indocumentados, siendo los cubanos el segundo grupo más numeroso, solo superado por Haití. Alrededor de 500 cubanos aguardan actualmente para atravesar la selva.
A pesar del alto riesgo de contagio, el coronavirus parece ser la menor de las preocupaciones de los migrantes que tienen que cruzar la selva del Darién para continuar al norte hacia EEUU.
El riesgo que sufren de asaltos, violaciones, asesinatos, secuestro por parte de redes de tráfico de personas, así como los peligros de la naturaleza, vuelven a la pandemia un inconveniente menor a sus ojos.
“El COVID-19 es el temor más pequeño del emigrante. A uno le ha tocado vivir una dictadura, explotación laboral, corrupción, robos, violaciones…”, dijo un cubano que pidió permanecer en el anonimato.
El sacerdote Henry Alberto Lopera, de la parroquia de Necoclí, que ayuda a estos grupos, confirmó al medio independiente que ha visto el brote de enfermedades respiratorias.
La negativa de los migrantes a realizarse pruebas de detección, o acudir a los hospitales, imposibilita la clasificación de los enfermos de COVID-19. No obstante, el hacinamiento de sus asentamientos irregulares vuelve muy alta la posibilidad de un brote a partir de un solo positivo.
“Al caminar por las carpas donde pasan los días los migrantes, o al visitar los hospedajes, uno se encuentra no a decenas, sino a cientos de enfermos. Hay muchos niños de brazos que respiran con dificultad. Temo un brote de COVID-19 tanto en la población migrante como en la local”, expresó el sacerdote.
Actualmente, se han acumulado más de 14.000 indocumentados en la frontera entre Colombia y Panamá, mientras siguen llegando nuevos, y apenas 500 pueden cruzar semanalmente de forma segura.