Médico cubano con I-220A: “Tengo mucho miedo”

El profesional sanitario dice que junto a la comunidad de cubanos se siente “dolido” por determinadas decisiones del gobierno de EEUU. (Captura de pantalla © Mario J. Pentón – YouTube)

En una conmovedora declaración, Manuel Sendan, un médico cubano y desertor de una misión internacionalista en Venezuela en 2019, expone su experiencia y las de aproximadamente 500.000 compatriotas que han llegado a Estados Unidos buscando refugio. La mayoría de ellos obtuvo el documento I-220A, lo cual los mantiene en un limbo migratorio con un futuro incierto en su búsqueda por la seguridad y la libertad.

Sendan narra su llegada a EEUU en septiembre de 2021, después de un arduo viaje desde Cuba, pasando por la peligrosa selva del Darién y otros nueve países. En ese sentido, agradece a EEUU por brindarle refugio, pero pide que se acabe de solucionar el asunto de los cubanos con I-220A que no pueden acceder a una residencia legal en territorio estadounidense.

Sin embargo, además del sentimiento de agradecimiento, el profesional sanitario dice que junto a la comunidad de cubanos se siente “dolido” por determinadas decisiones del gobierno de EEUU.

“Primeramente, tenemos miedo. Recuerdo con exactitud en 2017, cuando el presidente Barack Obama terminó el parole de los médicos, un beneficio que nos daban a nosotros, los profesionales, para poder acogernos a él y así acabar con la explotación que sufríamos. Desde ese punto de vista, muchos profesionales quedamos varados en terceros países, sin protección y con miedo de regresar a la patria”, explicó.

El testimonio de Sendan no solo es una historia personal de lucha y esperanza, sino también un llamado a la acción. Insta a cubanos, artistas, periodistas y políticos, como los representantes cubanoamericanos Marco Rubio y María Elvira Salazar, a unirse y buscar una solución para quienes poseen el I-220A, destacando la importancia de evitar la deportación y las consecuencias legales en Cuba por desertar de misiones internacionalistas.

Pese a que el médico tiene permiso de trabajo en EEUU, no puede disfrutar a plenitud de los derechos que le daría una Green card (residencia permanente).

“Desde que tengo permiso de trabajo, he podido laborar en clínicas hispanas. He podido, desde mi punto de vista médico, aportar mi granito de arena, pero con el deseo de tener un estatus legal en este país, de poder estudiar y, sobre todo, poder ver a mi familia, aunque sea en un tercer país, con el deseo de abrazarlos. Tengo un hijo en Venezuela a quien no he visto en casi 4 años, y una niña en Cuba de 5 años a quien aún no conozco físicamente”, explicó el galeno.

“Desde que salí de Cuba en 2019, lo único que he tenido es el recuerdo, las fotos y las videollamadas de nuestros seres queridos. Pasé por nueve países para llegar a este país, arriesgando mi vida como muchos, por la selva del Darién”, añadió.

Sin embargo, teme ser deportado a Cuba, pues con la I-220A en cualquier momento podría ser trasladado de vuelta al régimen comunista. “Sí, tengo mucho miedo. Cada vez que me levanto lo primero que hago en el día es revisar mi teléfono para ver las noticias”, argumentó.

Sendan destaca el apoyo recibido de la comunidad cubana en el exilio y líderes como Julio César Alfonso de la Cruz Roja, quienes han abogado por oportunidades para profesionales de la salud cubanos en EEUU. Su relato subraya la urgencia de discutir y reformar el estatus del I-220A para garantizar la seguridad y libertad de miles.