FARÁNDULA
Casos de miembros de la realeza que han renunciado a sus privilegios por amor
El caso de la princesa Mako en Japón no es el primero en demostrar que el amor es más fuerte que un título nobiliario
El duque y la duquesa de Sussex han tenido la relación más polémica en la historia moderna de Gran Bretaña, polémica que aumentó cuando el príncipe Harry cuando decidió abandonar la familia real. (Foto: Instagram – Meghan Markle)
Luego de que esta semana la princesa Mako de Japón contrajera matrimonio con su novio y compañero de la universidad, Kei Komuro, aceptando perder su título nobiliario, decidimos recordar otros casos en los que el amor ha podido más que el privilegio de pertenecer a la una familia real.
Princesa Sayako de Japón
Antes que Mako, estuvo Sayako, la hija menor de los que fueran emperadores de Japón hasta el pasado mes de abril, Akihito y Michiko.
La princesa renunció a la corona para poder casarse con el funcionario municipal y urbanista Yoshiki Kuroda.
En 2005, durante su fiesta de compromiso, la princesa dio a conocer su decisión de abandonar la casa imperial y renunciar a su título real.
Tras su enlace cedió todos sus privilegios y desde hace dos años es la suma sacerdotisa del Gran Santuario de Ise, una posición que heredó de su tía.
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Príncipe Friso de Holanda
El príncipe Juan Friso de Orange-Nassau y hermano del rey Guillermo de Holanda se enfrentó a su madre, la reina Beatriz, y a su Gobierno para poder casarse con Mabel Wisse.
La polémica en torno a Wisse se desencadenó luego de que fuera señalada como una espía, que supuestamente colaboraba para los servicios secretos holandeses en la década de 1990.
Sin embargo, al final fueron las relaciones de Wisse con el narcotraficante Klaas Bruinsma lo que provocó el completo rechazo de la familia real.
Al príncipe Friso poco le importaron los señalamientos contra su pareja, y se casó con ella en 2004, renunciando a su título real para mudarse con su esposa a Londres.
Desafortunadamente, Friso falleció años después en 2013 en un accidente de esquí y a pesar de la polémica, se sabe que su viuda mantiene ahora una relación cordial con su familia política.
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Duque de Windsor
El rey Eduardo VIII fue uno de los escándalos más sonados en la primera mitad del siglo XX, pues el duque se enamoró de la socialité Wallis Simpson, una estadounidense que además, ya se había divorciado dos veces.
La familia real británica nunca permitiría que un rey estuviera casado con una mujer como Simpson, por lo que Eduardo prefirió dejarlo todo por amor y abdicó al trono, que fue sucedido por su hermano menor, padre de la Reina Isabel II, que pasó a ser Jorge VI.
Tras su abdicación, Eduardo recibió el título de duque de Windsor, y se casó con Simpson en junio de 1937. Terminó mudándose a Francia debido al escándalo mediático que generó su decisión.
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Princesa Diana de Gales
Una de las historias más conocidas dentro de la realeza británica es la de Lady Di, nombrada en su momento su Alteza Real Diana, princesa de Gales.
La llamada “Princesa del Pueblo”, por su carisma, popularidad y el trato cálido que le daba a la gente, perdió sus privilegios a la corona al divorciarse del príncipe Carlos, el 28 de agosto de 1996.
Diana no soportó más su infidelidad con Camila Parker ahora nombrada Camila de Cornualles. Aunque Lady Di perdió la categoría de alteza real, continuó con el título de princesa de Gales.
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Duques de Sussex
La familia británica se vio envuelta en su mayor escándalo del milenio, luego de que el príncipe Harry, hijo de la princesa Diana de Gales, decidiera casarse con Meghan Markle: actriz de Hollywood, inmigrante y afroamericana.
El caso más reciente y polémico de la lista inició con la unión de ambos el 19 de mayo de 2018, en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, con más de 2 mil 600 invitados, en una ceremonia vista por millones de personas alrededor del mundo.
Nombrados los Duques de Sussex y tras el nacimiento de su primer hijo, Archie, en enero de 2020, la actriz y el príncipe anunciaron que abandonarían la familia real británica para ser financieramente independientes.
El 31 de marzo de 2020, la pareja hizo oficial la renuncia a sus títulos reales, así como a sus obligaciones con la corona.
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