ONU considera “inaceptables” la violencia y acoso del ejército de Myanmar

El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, rechazó la violencia y la represión que han sufrido los ciudadanos de Myanmar al manifestarse contra el golpe de Estado orquestado por el ejército.

A través de un comunicado, Guterres pidió al ejército de Myanmar garantizar “el pleno respeto del derecho a la reunión pacífica y que los manifestantes no sean víctimas de represalias”.

Esto luego de los reportes sobre la anulación de los artículos 5,7 y 8 de la Ley de Protección de la Seguridad y la Privacidad de los Ciudadanos.

Sin esos artículos, las autoridades tienen carta libre para detener a los ciudadanos y retenerlos sin necesidad de una orden de aprehensión, también deben notificar si reciben invitados en sus hogares y pueden revisar sus dispositivos móviles también sin una orden.

La ley ahora también le permite a las autoridades restringir el servicio de internet a los ciudadanos, medio por el que han logrado exponer los abusos del ejército birmano.

Guterres indicó que los repetidos informes “sobre la violencia, la intimidación y el acoso continuos por parte del personal de seguridad son inaceptables”.

“Las continuas detenciones de dirigentes políticos, funcionarios del gobierno, actores de la sociedad civil y representantes de los medios de comunicación son muy preocupantes, al igual que las restricciones a los servicios de Internet y de comunicación. No deben interrumpirse para garantizar el derecho a la libertad de expresión, que incluye el acceso a la información”, destacó el Secretario General.

El pasado 15 de febrero se registró un apagón de internet masivo, que dejó sin el servicio a todo el país por al menos ocho horas, dejando a sus ciudadanos completamente incomunicados.

Gracias a las redes sociales se ha podido conocer que los militares han usado distintos métodos represivos en los 15 días de protestas desde el golpe de Estado.

Desde cañones de agua, hasta gas lacrimógeno, e incluso el uso de municiones reales contra sus ciudadanos, que ya dejaron al menos una persona fallecida en las manifestaciones.

El titular de la ONU reiteró su llamado a los Estados miembros para que ejerzan presión, tanto colectiva como bilateralmente, en la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales del pueblo de Myanmar.

Guterres también reafirmó el apoyo “inquebrantable” de la Organización al pueblo de Myanmar “en su búsqueda de la democracia, la paz, los derechos humanos y el Estado de Derecho”.

Aunque varios países se han pronunciado contra el golpe de Estado, solo Nueva Zelanda ha tomado una postura determinante, rompiendo sus relaciones diplomáticas y comerciales con el país hasta que regrese al gobierno la presidenta Aung San Suu Kyi, encarcelada por presunto “fraude electoral”.

Desde el 1ro de febrero, el ejército derrocó al gobierno civil que llevaba una década al frente del país, tras más de 50 años de regímenes militares.

Desde ese día las protestas para el retorno del gobierno civil no cesan y la ONU teme que haya una escalada de violencia, producto de la desesperación del ejército, que se mantiene por ahora al frente de la nación asiática.