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Para el periódico Granma, el gobierno de Bielorrusia es “víctima de acusaciones graves”
Bielorrusia ha sido “víctima de acusaciones graves” sin fundamentos y las restantes naciones latinoamericanas, “objeto de sanciones y medidas unilaterales”
El diario Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, denunció el lunes la existencia de una campaña internacional, impulsada por potencias occidentales y destinada a desacreditar a “naciones soberanas” como Bielorrusia, Nicaragua y Venezuela.
Bajo el título de “Politización y selectividad, ¿a la orden del día?”, la periodista Milagros Pichardo habla de forma ambigua y sin mencionar los nombres de ciertos Gobiernos que, en nombre de los derechos humanos, atentan contra la capacidad de estos tres países de definir su propio destino.
“Desde el 14 de septiembre se realiza en Ginebra el 45 período de sesiones del Consejo de los Derechos Humanos, en el cual otra vez trasciende el interés de algunos gobiernos por manipular el asunto como instrumento de ataque e injerencia, cuando, en primer lugar, no se trata de un tópico en que valga tanto acusar o ser acusado, sino articular esfuerzos internacionales conjuntos y coordinados, y, en segundo lugar —vaya ironía—, no aparecen los raseros con los que medir el cumplimiento o violación a los erigidos acusadores”, reza el texto.
“Bielorrusia, Nicaragua y Venezuela vuelven a estar en el banquillo del foro”, agrega.
Según expone Pichardo, Bielorrusia ha sido “víctima de acusaciones graves” sin fundamentos y las restantes naciones latinoamericanas, “objeto de sanciones y medidas unilaterales”.
Por último, la periodista lamentó los “dobles raseros” que hoy en día laceran la credibilidad de la Comisión de los Derechos Humanos y los debates que ahí surgen, presuntamente, secuestrados por la imparcialidad. Asimismo, subrayó que todos estos factores no son más que indicios de la “triste herencia” que está dejando a futuras generaciones el órgano internacional.
Mientras tanto, los bielorrusos salen a la calle
Horas antes de la publicación de este artículo, 50 mil bielorrusos se encontraban en las calles —por sexto domingo consecutivo— en una multitudinaria protesta para exigir la dimisión del presidente, Alexandr Lukashenko. La jornada acabó con decenas de detenidos, luego de que las autoridades de Minsk bloquearon los accesos al Palacio de la Independencia y el Tribunal Supremo con alambradas y carros blindados.
Bielurrisia se ha convertido en escenario de una de las mayores manifestaciones populares de su historia postsoviética, a raíz de las elecciones del pasado 9 de agosto.
Según datos de la Comisión Electoral Central (CEC), Lukashenko —quien lleva en el poder desde hace casi tres décadas— ganó los comicios con el 80.1% de los votos, resultado considerado fraudulento por la oposición y miembros de la Unión Europea. Supuestamente, Svetlana Tijanóvskaya, la otra candidata, obtuvo solo el 10% de los sufragios y se vio obligada a exiliarse junto a su familia dos días después, por amenazas.
Tras el anuncio de los primeros resultados, estalló una ola de protestas que continúan hasta hoy, con un balance de seis muertos, centenares de heridos y cerca de 10 mil detenidos.
El Consejo de Derechos Humanos aprobó el viernes una resolución, donde demanda a la administración de Lukashenko el “cese del uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos”. Así como, la tortura y otros tratos crueles e inhumanos y el fin de las detenciones arbitrarias.
El amor entre Lukashenko y el Gobierno de Cuba
En octubre de 2019, Lukashenko y su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, reafirmaron la alianza entre las dos naciones con una declaración conjunta adoptada en Minsk.
Durante el encuentro, también suscribieron un memorándum de entendimiento entre sus ministerios de Justicia, un programa de colaboración en educación superior, otro de cooperación en el área técnico-científica y de innovación y un acuerdo de intercambio de información entre las agencias estatales de noticias Belta y Prensa Latina. A la par, destacaron el “alto grado de coincidencia” de sus posturas frente a problemas de la actualidad internacional.
“Para nosotros Cuba siempre fue y será un ejemplo de valor, firmeza y lealtad a los ideales”, manifestó, en aquel entonces, Lukashenko.