The Washington Post: “La violencia policial en Cuba también es racista”

El periodista independiente cubano Abraham Jiménez Enoa, fichado hace unos días por el prestigioso diario The Washington Post, escribió el lunes sobre la violencia policial en Cuba a propósito del asesinato del joven cubano Hansel Ernesto Hernández Galiano a manos de un oficial de la PNR en Guanabacoa, La Habana.

Jiménez Enoa, cofundador de la revista El Estornudo, recordó que el Ministerio del Interior (Minint) emitió una nota denigrando al fallecido, a quien señalaron como un ladrón que se dio a la fuga mientras agredía con piedras a los oficiales. La versión oficial, ofrecida tres días después del suceso, no es creíble y si así fuera es imperdonable responder a balazos, y por la espalda, al lanzamiento de piedras.

Las redes sociales han compartido miles de veces el comunicado oficial de la familia emitido por el tío de la víctima.

“Nosotros, los familiares, pedimos con clemencia que este hecho tan cruel a manos de nuestra supuesta seguridad nacional, de ninguna manera quede impune. Porque un policía, un uniforme, no da derecho a asesinar de tal manera a nadie (…) y quitarle un hijo a una madre, a un padre, un sobrino a su tía, un hermano a su hermanita menor (…) por favor, justicia”.

En opinión del ahora columnista de The Washington Post el clima de tensión policial llega a Cuba en momentos de “aprietos que se viven producto de la profunda e interminable crisis sistémica de la economía y la tensión política que ha generado el empoderamiento de una parte de la ciudadanía en Internet y en la sociedad”.

“Hansel Hernández era un hombre negro y su muerte a manos de la Policía desnuda los rasgos autoritarios del régimen cubano, tanto por la muerte en sí misma, como por desconocer de forma grosera y desvergonzada la situación racial que implica”.

Por otra parte, la situación de pandemia ha dado riendas sueltas a las autoridades de la policía y el Minint, que con órdenes del presidente Miguel Díaz-Canel, han “redoblado la presencia de militares en la vía pública”.

Tanto el gobierno como las estadísticas del Observatorio Cubano de Derechos Humanos están de acuerdo que en el trimestre marzo-mayo, punto álgido de la pandemia de coronavirus, estuvieron detenidas arbitrariamente unas 347 personas y las multas impuestas se cuentan por miles.

Otro hecho recordado en uno de los principales medios de prensa estadounidense fue la violación de dos jóvenes en La Habana por parte de dos policías que utilizaron para ello su vehículo patrulla. En el juicio solo recibieron 8 y 6 años de cárcel.

A todo ellos suele estar ligado el origen étnico de la población involucrada en estos hechos.

“El último censo de población en el país indicó que los afrodescendientes en Cuba son minoría: representan 35% de los 11.2 millones de habitantes. En noviembre de 2019, se redactó un programa gubernamental para erradicar de una vez todos los rezagos acumulados por este sector poblacional, lo que evidencia que el racismo permanece enquistado en la nación a 134 años de la abolición de la esclavitud”.

La llamada “revolución” liderada por Fidel Castro hace 61 años no ha logrado erradicar el racismo vigente en Cuba, la creación del llamado “hombre nuevo” ha sido un total fracaso. Las cifras apuntan a que “solo 11% de la población afrodescendiente en Cuba tiene una cuenta bancaria y son 12.2% de los alumnos universitarios”.